Carlos Gurpegi
Regreso a pista tras una temporada en boxes
El jugador navarro recupera protagonismo tras haberse planteado incluso una salida del club.
Amaia U. LASAGABASTER | BILBO
Carlos Gurpegi está de vuelta. Otra vez. El 27 de abril de 2008 ponía fin a una pesadilla en forma de sanción, disputando noventa minutos en el Bernabéu. En este otoño de 2009 vuelve a sentirse importante, tras una temporada de mucho banquillo y grada. Parece que el Ferrari ha salido, por fin, de boxes.
Fue Joaquín Caparrós quien ideó el sobrenombre hace año y medio, cuando la sanción del navarro estaba a punto de expirar. Pese a que Gurpegi no había dejado de tomar parte en el día a día del equipo, no eran pocas las dudas respecto a su situación, tras un parón competitivo tan complicado. Su entrenador quiso zanjarlas. «Está como un Ferrari, para jugar noventa minutos mañana mismo si hace falta», aseguró primero; cuatro días después de que acabase la sanción, lo corroboró con hechos, anileándole de inicio ante el Real Madrid. El centrocampista disputó completos los cinco últimos encuentros de aquella temporada.
Nada hacía pensar que su situación fuera a cambiar de nuevo. Más aún cuando, tras el parón veraniego, Gurpegi iniciaba la Liga como había acabado la anterior, en el once titular. Pero para la quinta jornada ya había perdido ese status, que no recuperó de forma habitual hasta la recta final de la temporada, muy mediatizada, también en lo que a alineaciones se refiere, por la final de Copa. Situación que se tradujo en otra sorpresa: las declaraciones del jugador. Primero tras el encuentro frente al Betis, en el que los menos habituales sumaron los tres puntos que certificaban la permanencia y que, en opinión del navarro, debía considerarse una «reivindicación»; después, a la conclusión de la temporada, cuando reconocía plantearse la posibilidad de una salida en busca de minutos.
No se produjo y el Ferrari ha vuelto a pista. Tanto, que se ha convertido en el séptimo jugador más utilizado por Joaquín Caparrós en Liga -379 minutos en seis partidos, cuatro de ellos como titular- y el 11º que más minutos ha disputado entre Liga, Europa League y Supercopa. Y con elogios incluídos por varias de sus actuaciones. Así que no es de extrañar que Gurpegi se confiese, de nuevo, feliz. «Este principio de temporada está siendo muy positivo -reconocía ayer-: me estoy encontrando con confianza y, lo más importante, estoy teniendo la confianza del entrenador, que para el futbolista es fundamental». En definitiva que, «sin duda», vuelve a sentirse importante. «El hecho de estar participando e incluso el estar en los partidos que hemos ganado, es importante». A ver si esta vez dura la alegría del navarro.
Carlos Gurpegi es el séptimo jugador más utilizado por Joaquín Caparrós en Liga. Ha disputado 379 minutos, repartidos en seis encuentros -cuatro de ellos como titular-. Además, completó los dos choques de Supercopa y ha participado en cuatro de las seis citas europeas.
Nivaldo aseguró ayer que la acción que acabó con Fernando Llorente en el hospital fue involuntaria, por lo que no tiene nada que reprocharse.
«Tengo la conciencia tranquila porque no quise hacerle daño -aseguró el jugador brasileño-. Yo también estaba dolorido, pero sí pude seguir jugando».
Nivaldo quiso defenderse de las acusaciones por su supuesta falta de interés por el estado de Llorente. Aseguró que había hablado con Josean Lekue y «me dijo que no me preocupara, que estaba bien. Le insistí en que le pidiera disculpas y en que no había sido queriendo». Además, explicó que había intentado hablar el martes con Llorente, aunque no lo consiguió y tuvo que comunicarse a través de mensajes.GARA
El Athletic sorprendió ayer, al desmentir por medio de una nota pública la información publicada por un medio, según el cual, el club podría estudiar la cesión de Mikel San José, con el que apenas está contando Joaquín Caparrós, e Iñigo Díaz de Cerio, del que se espera que reaparezca en breve.
El club «no tiene ningún interés en ceder a ningún jugador de la primera plantilla», se aseguraba en la nota. También se argumentaba lo inhabitual del desmentido, al considerar que ciertas informaciones pueden tener «repercusiones» sobre «la estabilidad de nuestra plantilla».GARA