La cosa está clara: los del PSOE le están zurrando de lo lindo al PP de Rajoy con la correa de la corrupción y desde las fichas de la derechona recalcitrante intentan despistar con el llamado Caso Faisán. Federico Jiménez Losantos apremiaba ayer a los suyos a ser más activos en el contraataque.

En su columna de «El Mun-do», decía que «no está bien que se corrompa el PP, aunque sean pocos los casos, pero lo peor de ese pringue generalizado es que facilita la corrupción del PSOE y los demás partidos, en especial los nacionalistas». La estrategia del ventilador junto al zurullo.

Contemplen la jugada: «Casi al mismo tiempo han estallado los casos Gürtel (segunda fase) y Faisán (primera y última, si el Gobierno, el juez y la fiscalía se salen con la suya)». Y afea por vagancia a los suyos: «Que el PP está demasiado atareado con el caso Gürtel como para dedicar atención al caso del Bar Faisán lo prueba la actividad política de Rajoy y su cuadrilla, que no oscila entre el cero y el infinito, sino entre el cero y la nada. Después de la aparición anteayer de Mariano en diferido y Cospedal en directo diciendo exactamente lo contrario, uno que se iba a investigar y otra que ya se ha investigado, la confusión entre sus militantes tiene que ser mayúscula. Y entre sus votantes, más aún».

Lo que tiene claro Federico es que Rajoy no les va a sacar las castañas del fuego: «Se quejan en el PP -con razón- de la escandalosa manipulación de la Justicia por parte del PSOE, sus jueces, fiscales y medios. Pero es que Rajoy se lo pone fácil a Rubalcaba y ZP. La policía de ambos, que acudía a cenar en monterías furtivas para comentar la investigación del Gürtel con Garzón y Bermejo, es la misma que, responsable del chivatazo a la ETA, puede irse de rositas pese a pillarla en el peor crimen que puede cometer un policía, que es colaborar con los terroristas que matan a los policías». ¡Pobre Mariano!

Y es que, según Jiménez Losantos, el PP lo tendría fácil si pusiera algo de su parte: «la actuación de Cándido, Rubalcaba y, por supuesto, ZP, en la protección a la máquina de extorsión etarra es una ofensa intolerable a los familiares de los cientos de policías asesinados por la ETA. Y no hay, de hecho, más que una forma de repararla: echar a Cándido, a Rubalcaba, a Caamaño y, si se tercia, a Zapatero. Pero ese faisán lleva Correa al cuello, así que no sería extraño que Rajoy llegara a uno de esos apaños con el PSOE que el PSOE luego no respeta y que tanto desprestigian al PP». O sea, el pasteleo. Y así no se puede, advierte Fede.