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Juanjo Basterra Periodista

Trabajadores uníos frente a la patronal y los gobiernos

La encuesta de la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo sobre cómo está influyendo la crisis en la prevención de riesgos laborales ha puesto en evidencia, una vez más, que los empresarios nos llevan ventaja en la recesión económica. La mayoría de los trabajadores reconoce que la crisis mundial empeorará las condiciones de trabajo y de salud laboral, pero a la vez recuerda que una mayoría de trabajadores necesita empleo, por lo que la salud queda en un segundo o un tercer plano, incluso no se tiene ni en cuenta la jornada laboral que te impongan.

¿Quién gana con la crisis? Está claro, los empresarios y la élite económica. Reciben ayudas sin control y les hacen pagar menos impuestos. A nivel laboral también son los que se benefician porque hay más paro y la necesidad lleva a los trabajadores a aceptar cualquier trabajo, aunque sea en condiciones de esclavitud del siglo XXI. Hace algunos días le escuché al secretario general de la patronal vasca, José Guillermo Zubía, que nos decía que los empresarios están haciendo un gran esfuerzo para no despedir a los trabajadores. No es verdad.

La patronal sabe que tarde o temprano va a necesitar mano de obra y, por lo tanto, lo que hace es mandar a casa, para que paguen las arcas públicas los salarios de los trabajadores, con expedientes de regulación de empleo. De esfuerzo, nada. Lo pagamos a escote entre todos. ¿Despidos? No les hace falta, han eliminado un montón de puestos de trabajo temporales. Esa es la ventaja que tienen en esta crisis sobre la de 1993 y 1994: la elevada precariedad laboral y las dobles y triples escalas salariales, que han abaratado de forma escandalosa la contratación de trabajadores.

Ahora quieren sacar más ventaja y tendrán a los gobiernos apoyándoles. Porque en la década de los 80 y 90 del siglo pasado la elevada reconversión industrial obligó en versión de los gobiernos a crear empleo, fuese el que fuese. Claro. Entró la precariedad por la puerta grande. Los empresarios entienden que ya no es suficiente eso. Quieren trabajos a tiempo parcial, mal pagados y con despido fácil.

Los trabajadores tenemos que estar atentos y unidos, para evitar que nos la jueguen.

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