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Escalada artificial Lo más duro

David Palmada se supera con el primer A6+ mundial

El escalador catalán, junto a Esther Ollé, abre en siete días en las estadounidenses Fishers Towers la vía «Look Out! Danger!». Una línea de 11 largos y 315 metros, muy mantenida en dificultades técnicas y con una graduación general de A6+. Para alguna de las tiradas necesitó unas 15 horas.

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Andoni ARABAOLAZA | DONOSTIA

La escalada artificial, da lo mismo si es fácil o extrema, no está de moda. Y eso hace que esta disciplina, sobre todo por estos lares, se quede fuera del circuito comercial-propagandístico. Es decir, en una palabra: la escalada artificial ya no vende como antes. La evolución de la escalada (interpretaciones al gusto de cada uno) ha llevado al artifo deportivo a un lugar que no se merece. No ha caído en el olvido, pero quizá sí se encuentra parcialmente arrinconada.

Por todo ello, actividades como la realizada este pasado verano por David Palmada, Pelut, no haya sido recibida con los brazos abiertos por los medios de comunicación. Y eso que el escalador catalán, con su apertura de la ruta «Look Out! Danger!», ha llevado el artificial extremo a un nuevo estadio. Una nueva esfera que viene arropada por una propuesta de A6+, la primera mundial. Y su actividad cobra todavía más importancia por ser rubricada por un escalador no estadounidense. Y el lector quizá se pregunte, ¿por qué? La respuesta es obvia: la mayoría de las propuestas extremas llegan firmadas por escaladores yankees.

Pelut volvía a las Fishers Towers (Estados Unidos), más concretamente al carismático monolito de barro llamado Titán. Ya el año pasado nos «sorprendía» con la repetición (la primera de un no-estadoundense) de la línea «Intifada» (A6). En esta ocasión, durante el pasado verano, el catalán se superaba abriendo «Look Out! Danger!» con una dificultades técnicas de hasta A6+: la primera propuesta mundial de dicho grado.

Pelut se convertía en el artífice de esta sobresaliente actividad, pero quien le acompañaba, Esther Ollé, no se quedaba atrás a pesar de que no lideraba ninguno de los largos. Como en «Intifada» no escalaba, sino que aseguraba y realizaba trabajos de organización. Dicho así, parece que su labor no merezca tanto reconocimiento, pero quien controle esto del artificial extremo sabe que se trata de una actividad altamente expuesta en la que la caída o vuelo del escalador puede llevarse consigo hasta el suelo la reunión montada y por ende a su asegurador. Así pues, Ollé merece un reconocimiento especial.

Pero vayamos al grano, a lo que se coció en la apertura realizada en las Fishers Towers. La cordada se acercaba a la cara noroeste del Titán para poner en práctica toda la maquinaria que exige el artificial extremo. Palmada se recreó con una nueva línea muy directa de 11 largos y 315 metros de recorrido. Una ruta muy continua en dificultades técnicas: tres largos de A5, tres de A4+, varios de A3/A3+ y uno de A6+.

Según explica el escalador catalán, para la apertura emplearon 13 días: «Fijamos tres largos, y de allí siete días en pared. La idea primera era la de no fijar ningún largo, pero es imposible subir toda la carga de esas reuniones, y tampoco se cabe en ellas. Desde la R3 remontamos todo muy despacio y con cargas de material muy ligeras. También teníamos en mente no poner ningún anclaje fijo, pero al final la pared manda y para superar una sección de muros lisos tuvimos que recurrir a la expasión. Las reuniones no cuentan con ninguna expasión. Tuvimos que ir a Moab a comprar un burilador y tacos, pues no llevábamos nada. Al final encontramos unos mini rivets súper pequeños y cutres que encajaban perfectos en nuestra ruta. Nuestro material es el típico que utilizamos en Montserrat: falcas, plomos... Y en este tipo de roca queda súper romántico».

Como con «Intifada», está claro que a Palmada le hechizan las Fishers Towers, y por ello, todos los que escalan en la zona (mayoría apabullante de estadounindenses) se hayan quedado perplejos con la actividad de un extranjero nada acostumbrado al barro de las Fishers. Pero llegó la supuesta sorpresa con sello A6+: «No deja de ser una propuesta. Tengo la referencia de «Intifada», que es A6. Entonces, sin darnos cuenta, vemos que realmente la reunión es más precaria, que todo el material del largo se sale con sólo mirarlo y que realmente una caída allí podría ser muy seria. Pero hablando técnicamente creemos que ha subido el listón».

Precariedad absoluta, aunque el propio escalador catalán le quiera quitar algo de hierro. «No quiero decir lo de si te caes te matas, pues espero no tener que saberlo nunca. El artifo técnico suelo graduarlo diferente. Jim Meyer propuso caídas de 70 metros y peligro de muerte. En este caso, la propuesta de A6+ no es porque esté pensado que nos podamos matar, sino en subir un poquito más la dificultad técnica, tanto en las reuniones como en los emplazamientos de los largos. Lo que sí puedo asegurar es que una caída en según que largo puedes flipar bastante. No sé si una caída aguantaría la reunión; esa es la gran incógnita. Hay reuniones guays, pero las chungas, son muy chungas».

Según afirma Palmada, durante toda la escalada hay varios sitios de tensión. «Uno es el cuarto largo, donde hay que pasar por debajo de un mega gigantesco bloque que se aguanta casi levitando: «Aquí tienes que flotar, literalmente. Y otro largo chunguillo es el séptimo, donde hay un A5r. La caída más destacada fue en el primer largo. Sólo empezar y me caí en el primer paso cuando ponía el primer material. Y me decía: empezamos bien, el primer paso y me caigo».

Verano, calor sofocante con vistas desérticas de primera línea y un trabajo con claros tintes estresantes. Y es que Pelut, para abrir algunos largos, necesita entre 15 y 17 horas: «Demasiado, incluso para un fanático como yo. Esta última apertura, a diferencia de «Intifada», es más pesada y dura. Para mí, «Intifada» es la gran vía. Es una línea brutal, genial y muy bien hallada. Las Fishers Towers son auténticas, reúnen unas características especiales para la escalada extrema. Después de la apertura y una vez que Esther y yo llegamos a la hamaca, una de mis primeras reflexiones fue la siguiente: gracias Titán por dejarnos compartir tu soledad. La experiencia fue brutal».

horas y horas

En algunos largos, el escalador catalán trabajó entre 15 y 17 horas y tuvo que verse obligado a utilizar buriles en algunos muros lisos. Eso sí, las reuniones no cuentan con expansivos

muy mantenida

La vía firmada por Palmada cuenta con 11 tiradas y dificultades muy mantenidas: 3 largos de A5, tres de A4+, varios de A3/A3+ y uno de A6+. Para la escalada empleó siete días

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