Iñaki Lekuona Periodista
Clinton el vasco
Clinton se haría vasco. Eso dicen que dijo la pasada semana en la Euskal Etxea de San Francisco, a donde acudió a sazonar la campaña de John Garamendi, vicegobernador de California que aspira a comerse un escaño que quedó libre en el Congreso de los Estados Unidos. ¿Que Clinton se haría vasco? A este norteamericano de pro no se le ocurriría tamaña insensatez. Sabe perfectamente que, siendo vasco, a lo largo de su vida sería tratado sin remedio como francés o como español o como loco o incluso como extranjero, pero nunca como vasco. Baste con preguntarle al periodista que firmó el reportaje de France Presse sobre Romain Sicard, el ciclista hazpandarra del Orbea, filial del Euskaltel, que se llevó el Tour del Porvenir y que recalará la temporada que viene en el primer equipo.
Escribía este sagaz reportero: «Paradójicamente, este vasco de 21 años (...) debutará el año que viene en el máximo nivel con el maillot de una formación extranjera. Firmó en julio con el equipo vasco Euskaltel». Un vasco firma con una formación vasca que en realidad es extranjera. De Pulitzer.
Lo mismo Clinton le nomina. Porque este tipo es muy capaz, es un político en el sentido más espurio de la palabra. Por eso su frase, me haría vasco, hay que entenderla en su contexto y en su pretexto. Y es una pena, porque este tipo también es un político en el sentido más literal de la palabra, muy capaz de poder alterar contextos sin pretextos. Mejor nos iría si en vez de frases de pose electoral pusiera sus medios, que los tiene, para cambiar este contexto, para eliminar los pretextos, para que a los vascos nos dejen ser simplemente vascos. Pero eso no lo hará Clinton. Ni vasco.