El número uno de la ONU en Afganistán, Kai Eide, reconoció ayer la existencia de «un amplio fraude» en los comicios presidenciales afganos del pasado 20 de agosto, cuyos resultados provisionales dieron la victoria al actual jefe de Estado, Hamid Karzai con un 54,6% de los votos, por lo que evitaría concurrir a una segunda vuelta.

«El alcance de este fraude está siendo ahora analizado. No hay forma de saber en este momento qué nivel de fraude hubo. Sólo puedo decir que fue un fraude generalizado», afirmó Eide durante su comparecencia en la capital afgana.

El jefe de la Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán (UNAMA) aseguró que «cualquier dato concreto» sobre el impacto del fraude sería «pura especulación», ya que actualmente hay en marcha un nuevo recuento parcial a raíz de las denuncias de irregularidades.

En este sentido, Eide recordó que él mismo nombró a tres miembros de la ONU para se integraran en la Comisión de Quejas (ECC), órgano que se encarga se supervisar este nuevo escrutinio, que afecta a mas de un 10% de los colegios electorales y que debe ser efectuado por la Comisión Electoral.

El diplomático noruego admitió que el proceso electoral afgano «ha sido muy difícil». No obstante, expresó su deseo de que la Comisión de Quejas «sea capaz de validar el número de votos necesario» para «certificar un resultado que pueda ser aceptado por el pueblo afgano».

Según está previsto, la ECC se pronunciará a finales de esta semana sobre el resultado de su investigación, que desembocará o bien en la confirmación de Hamid Karzai como presidente del país, o en la celebración de una segunda vuelta.

Respuesta a Galbraith

Durante la comparecencia, Eide respondió a las acusaciones del ex subdirector de la UNAMA, Peter Galbraith, quien denunció que un 30% de los votos favorables a Karzai son fraudulentos y responsabilizó personalmente a Eide por «ignorar deliberadamente el nivel de fraude» registrado en las elecciones.

Kai Eide negó haber obviado el fraude y recordó que la misión de Naciones Unidas es «apoyar el proceso, no influir sobre su resultado».

Por su parte, el rival de Karzai, Abdulá Abdulá, se mostró «convencido de la transparencia» de las investigaciones.