Al menos 20 personas fallecieron y otras 80 resultaron heridas a consecuencia de tres bombas que explotaron de manera casi simultánea en la ciudad iraquí de Ramadi, situada a unos 100 kilómetros al oeste de la capital del país, Bagdad.

Según fuentes policiales, el mayor número de víctimas se produjo al estallar dos coches-bomba, con pocos minutos de diferencia, en el aparcamiento de un complejo de Ramadi, que alberga varios edificios, entre ellos el de la gobernación y el de la comisaría. La segunda detonación sorprendió a los curiosos y policías que se habían acercado para ayudar a los heridos.

Después, se produjo un tercer atentado contra el Hospital central de Ramadi. Un suicida hizo estallar el vehículo que conducía al ser interceptado por la Policía en el punto de control de acceso al centro hospitalario.

Según explicaron desde las agencias informativas, citando fuentes del Ministerio del Interior, un 80% de los heridos son policías y un 10% de los heridos se encuentran en estado crítico.

Tras las explosiones, las autoridades locales decretaron el toque queda en toda la ciudad hasta nuevo aviso y acordonaron las zonas de los ataques.