En pocas ocasiones se desplaza hasta Madrid un presidente del PNV para asistir a una sesión del Parlamento español. Es más habitual que lo haga para entrevistarse con el presidente español de turno o con dirigentes del PSOE o del PP. Por eso, ayer cobró cierta relevancia el anuncio de que Iñigo Urkullu -acompañado de otros burukides como Joseba Egibar o de los diputados generales de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa- seguirá en directo el debate y votación de la proposición de ley de modificación de las leyes orgánicas del Tribunal Constitucional y del Poder Judicial españoles. Iniciativa aprobada el pasado mes de junio por la Cámara de Gasteiz con el apoyo de todos los grupos, salvo UPyD, y que tiene como objetivo, según destacan sus promotores, «evitar la judicialización» del Concierto Económico.

En un contexto muy diferente y con una propuesta de mucho mayor calado político, Josu Jon Imaz, entonces presidente del EBB del PNV, también estuvo sentado en una tribuna del hemiciclo madrileño el 1 de febrero de 2005. En aquella sesión, el lehendakari Juan José Ibarretxe defendió el texto del «Nuevo Estatuto Político para Euskadi», que obtuvo el rechazo de 313 diputados, entre ellos los de PSOE y PP, y el apoyo de sólo 29.

En la sesión de hoy, la proposición con la que que, en terminología jeltzale, se pretende «blindar» el Concierto para que las normas forales en materia fiscal tengan carácter de ley y sólo puedan ser recurridas ante el Constitucional -y no ante otras instancias ordinarias como ocurre hasta ahora- será defendida por tres representantes del Parlamento de Gasteiz: Ricardo Gatzagaetxebarria (PNV), Miren Gallastegui (PSE) y Antón Damborenea (PP).

Una imagen «tripartita» difícil de compaginar con el mensaje que lanzó ayer mismo Urkullu, a través de su blog, al hilo de la celebración de la Fiesta Nacional española y la presencia del consejero de Interior de Lakua, Rodolfo Ares, en la parada militar de Madrid. «Y es que tras ello -indicaba- es evidente que estamos ante el comienzo de una etapa de complicidad entre el PSE y el PP, añadido al sucursalismo ya definitivo de dos partidos de obediencia estatal que están obligados a la supeditación a lo que, Madrid, y PSOE y PP, definan y prioricen».

Seis votos del PNV, tres del PP

El previsible apoyo del PSOE a la toma en consideración de la propuesta, que abrirá un largo periodo de tramitación, será «compensada» por el PNV con el apoyo de sus seis diputados al proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2010 presentados por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

Más complicada es la posición del PP, ya que sus representantes en la CAV reclaman que se apoye la tramitación mientras que la dirección estatal, que anunció a finales de setiembre su oposición frontal, intenta evitar el ridículo que supondría votar en contra de una propuesta defendida por uno de los suyos (el citado Damborenea). Ayer, a primera hora de la tarde, Antonio Basagoiti comentó que «en las próximas horas», cuando se conociese la posición final adoptada en la calle Génova, se decidiría qué harán los tres diputados elegidos por Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, dando a entender -según Europa Press- que podrían romper la disciplina del grupo votando «sí» o abandonando el hemiciclo. Al justificar esa hipotética «discrepancia» -que no se confirmó al cierre de esta edición-, matizó que no buscan el «blindaje» del Concierto, sino su «equiparación» a las normas de «las demás comunidades autónomas».