Movimientos políticos en Euskal Herria
ELA aboga por la suma soberanista y pide a ETA una renuncia «unilateral»
ELA ha hecho público un documento en el que aboga por la «suma soberanista civil y democrática» para avanzar hacia el cambio político en Euskal Herria. A ETA le solicita un cese en la lucha armada «unilateral» que lo impulse.
Agustín GOIKOETXEA | BILBO
Un día antes de que se cumpliera un año de la presentación de su anterior análisis de coyuntura, en la localidad bajonavarra de Ainhize-Monjolose, el Comité Nacional de ELA hizo público ayer en Bilbo un nuevo documento bajo el título ``Desarmar la razón de Estado'', en el que considera que «la suma soberanista civil y democrática es la única oportunidad» de cara al cambio político en Euskal Herria y anima a ETA a que tome «unilateralmente» decisiones sobre la lucha armada. «No hay posibilidad de revisión del marco constitucional, ni siquiera de cumplimiento del actual marco estatutario», advierte además al PNV.
El documento del mayor sindicato vasco actualiza algunos de los análisis que vienen planteando desde hace más de una década y su presentación se ha retrasado, tal y como explicaron, a raíz de las detenciones de Arnaldo Otegi, Rafa Díez y otros militantes independentistas. Fue en el acto en Gernika, en 1998, cuando la central entonces dirigida por José Elorrieta certificó la defunción del Estatuto, calificado de «estafa», y propugnó la alianza de fuerzas soberanistas que cristalizó en el Acuerdo de Lizarra-Garazi.
Para el sindicato abertzale, el escenario es nítido, en relación tanto a la involución democrática del Estado español como a la actitud de sus principales agentes políticos. Así, estima que cualquier estrategia que aspire realmente al cambio debe buscar referencias fuera de la órbita españolista. Sobre la transversalidad argumentada desde PSE y PP, por ejemplo, manifiesta que «no es sino una retórica que exige la sumisión a las reglas de juego tramposas del Estado, mientras sus promotores hacen cualquier cosa para impedir la suma soberanista».
Detenciones «muy graves»
Aquí, resalta la exclusión de la izquierda abertzale en la última cita electoral para modificar «artificialmente« el equilibrio parlamentario en la Cámara de Gasteiz y aupar a Patxi López a Lehendakaritza. «Este Estado no quiere competencia; le ha bastado con eliminar literalmente a una parte importante del espacio político que entiende enemigo para modificar la representatividad institucional», concluye.
Su secretario general, Adolfo Txiki Muñoz, incidió en que «los abertzales deberían llegar a la conclusión de que no es posible reformar los elementos nucleares que conforman el pacto constitucional, que niega los derechos a nuestro pueblo, buscando la alianza trasversal con el pacto de Estado PP-PSOE, ni siquiera es posible para el cumplimiento estatutario». «El Estatuto es una especie de difunto que se saca a pasear cuando conviene para alargar la agenda», advirtió el líder sindical, que alertó del «componente autoritario de ese pacto», destacando actuaciones como las recientes detenciones de mili- tantes independentistas, que considera «muy graves».
La última operación impulsada por Pérez Rubalcaba y Garzón no es para ELA una más. «La detención de personas civiles comprometidas con la búsqueda de soluciones al conflicto, y de las que sólo se predica precisamente su actividad política supone una opción de Estado por el enquistamiento de los problemas». Mención especial le merece la manifestación multitudinaria del pasado sabado en Donostia, que califica de «un hito en términos de pluralidad política y de expresión social de hartazgo respecto a la política de Estado».
Con vista a conformar una nueva iniciativa soberanista, la central que dirige Txiki Muñoz apuesta por diferenciarla de la legítima lucha por los espacios políticos y de las alianzas que se conforman para la gobernabilidad en las diferentes instituciones. «Debe ser posible, de manera dialéctica, que las fuerzas abertzales encuentren ámbitos de colaboración y posiciones de mínimos compartidos. Posiciones -resaltan desde el órgano de dirección de ELA- que permiten no sólo avanzar, sino también discernir quién está y quién no por esa suma», dice antes de tildar de «inadmisible» la exclusión de alguien.
Apuesta por que ETA deseche la lucha armada, que entiende que «da alas a la posición del Estado». «El final de la estrategia armada ayudaría a crear escenarios que otorguen la iniciativa y el control del tiempo a quienes apuestan por la soberanía de nuestro pueblo, y no al Estado», reflexiona ELA. Además, la central considera que el elemento más decisivo que bloquea la acción política del MLNV «es su pretensión de resolver simultáneamente lo armado y lo político en un escenario de negociación con el Estado».
«Vías agotadas»
ETA, según reivindica el sindicato, «no tiene derecho a constituirse en juez de los aciertos y equivocaciones de la sociedad organizada y, menos aún, arrebatarle a ella la posibilidad de una confrontación política en las mejores condiciones», ni puede «escudarse en la política represiva y antodemocrática del Estado para justificar su empecinamiento en las vías agotadas que legitiman y dan oxígeno precisamente a esa política».
Partiendo de tal análisis, el sindicato insiste en que «sin perjuicio de que el final de la lucha armada tenga lugar en el contexto de un diálogo político, de manera urgente compete al MLNV tomar unilateralmente las decisiones sin las cuales no podrán darse ni las alianzas estratégicas que formula ni -vista la posición del Estado- una participación política normalizada». «Se trata de un proceso cuyas garantías no pueden recaer, como se ha pretendido en el pasado, sobre la espalda de terceros», advierte la reflexión aprobada por el Comité Nacional.
En esta línea, Muñoz apuntó que «en anteriores procesos, la desmilitarización ha estado sujeta a que el estado simultáneamente reconociera determinados elementos políticos». «Esa foto no se va a dar y pedimos que los pasos en relación a eso sean unilaterales», explicó.
Tras reiterar en la explicación del documento que «es evidente que no es posible superar a la vez el conflicto armado y el conflicto político», subrayó que «la polarización sobre la lucha armada tiene que ser superada» porque, «no sabiendo lo que va a pasar después, cualquier hipótesis es mejor que ésta». «ETA no tiene derecho a establecer una posición de bloqueo», demandó el secretario general de ELA, lamentando que «da la sensación de que hay mucha clase política que tiene miedo al escenario de confrontación política abierta, legítima, en términos civiles y democráticas».
El documento ``Desarmar la razón de Estado'' apunta que es preciso «dar pasos para que todas las fuerzas favorables a la soberanía -cada una desde su propio análisis y soberanía- trabajen en esa hipótesis, sabiendo de antemano que el Estado no va a facilitar esa posibilidad».
Como armas a favor del cambio político, la central que lidera Txiki Muñoz aventura que el proceso soberanista gozará de mayor fuerza, legitimación y adhesiones sociales si incorpora elementos de justicia social para las clases populares «y en especial los colectivos más desfavorecidos», como la juventud, los inmigrantes o las mujeres.
Además, desde el sindicato abertzale constatan que quienes práctican la política de consenso en materia fiscal, presupuestaria y de gasto social -citando en esta dinámica a PNV, PSOE, PP y UPN- «no son beligerantes ni con la calidad ni con la amplitud del autogobierno». Dejando clara su apuesta por el cambio político y social en Euskal Herria, pivotado en la acumulación de fuerzas soberanistas, ELA aclara que «no habrá cambio político ni de políticas sociales sin lucha y movilización».
«El nacionalismo institucional ha abandonado la más mínima posición de defensa de aquellas materias del autogobierno que tienen que ver directamente con el sindicalismo vasco y con los intereses de los trabajadores que representan».
«Hemos decidido dar continuidad a la dinámica de la huelga general del 21 de mayo con una campaña a favor de medidas concretas alternativas a las políticas sociales dominantes. ELA da mucho valor a esta iniciativa».
«Hay que llamar la atención sobre hechos denunciados como la desaparición de Anza o los señalados por Alain Berastegi, en relación con su secuestro y tortura, entre otras. Estas prácticas traen a la memoria los episodios más negros de la guerra sucia».
«El sindicalismo español se compromete a ser punta de lanza de la interpretación más centralista del Estado, como pieza clave para la uniformización sociolaboral. No es poco para quienes preconizan precisamente `no hacer política'».