CRíTICA cine
«New York, I love you» Una ciudad muy aburrida
Mikel INSAUSTI
La ventaja de los filmes colectivos es que cuando salen mal las responsabilidades se diluyen, por lo que ni la carrera de Fatih Akin, ni la de Mira Nair, o la del resto de sus compañeros de proyecto se va a ver perjudicada por un fiasco como el de “New York, I Love You”. La culpa nunca puede ser de los realizadores que se ocupan de cada uno de los segmentos, sino del responsable de la producción. Acuso directamente a Emmanuel Benbihy de ser un estafador, porque va a engañar a muchos espectadores que vieron la previa “Paris je t’aime” y se piensan que van a encontrarse con una película parecida cambiando el escenario parisino por el neoyorquino. Pero les da gato por liebre, a la vista de que el grupo de cineastas seleccionado en esta ocasión es mucho menos cotizado que en la anterior. También es un timo por la utilización de la imagen de una gran metrópoli y su logotipo con el corazoncito sin pagar derechos por ser de dominio público.
El encanto de las películas de episodios suele estar en la diferencia entre unos y otros, gracias al sello reconocible de cada autor. En “New York, I Love You” es imposible distinguir las respectivas autorías porque todo el conjunto es igual de insustancial. A alguna lumbrera se le ha ocurrido dar un sentido de unidad a la película, con innecesarias transiciones y cruces entre capítulo y capítulo, mediante fugaces reapariciones en escena de intérpretes ya vistos que no aportan nada nuevo a un desarrollo repetitivo. Por si con eso no bastara, se les cita una vez más para el resumen final, maltraído con la proyección de imágenes de la película a modo de diapositivas sobre unos paneles colocados en las azoteas de unos edificios. No se entiende, porque todo lo contemplado carece de entidad propia y da la sensación de que fueran extractos de otras películas. Las sucesivas anécdotas nunca llegan a conformar una historia perdurable y se quedan en inacabados borradores de lo que tal vez pudo ser y no fue.
