El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, denunció ayer que Irán está siendo tratado de manera injusta en relación a su programa nuclear y calificó de «locura» la hipótesis de un ataque militar contra las infraestructuras militares de Teherán, mientras el líder libio, Muamar al-Gaddafi, criticó el «doble rasero» que se aplica a Israel e Irán y defendió el derecho de los países árabes a desarrollar armas nucleares.

En una entrevista al diario «The Guardian», Erdogan tachó de «chisme» los temores de Occidente y reiteró su convencimiento de que el programa nuclear iraní es pacífico. Afirmó, además, sentirse mucho más preocupado por las amenazas, sobre todo de Israel, de atacar y destruir las instalaciones nucleares de Irán.

Al-Gaddafi, cuyo país renunció a un programa armamentístico nuclear en 2003, subrayó, en una entrevista a la cadena Sky News, que Irán no ha dicho que esté fabricando armas atómicas y criticó el «doble rasero» con que actúan las potencias occidentales. Defendió para los países árabes, incluidos los palestinos, el mismo derecho que tiene Israel de tener armas y capacidad nuclear. «Si no queremos esta situación, tendremos que desarmar a Israel», afirmó.