Las bolsas dieron un nuevo paso atrás, más rotundo que en días anteriores, para colocarse a las puertas de una corrección amplia del largo tramo alcista iniciado en marzo. Esta deducción pesó como una losa entre los inversores, que no terminan de ver con claridad la presumida fortaleza de la economía -ayer pinchó también el dato de viviendas nuevas en Estados Unidos- y la recuperación efectiva de las empresas -ArcelorMittal, entre otras, decepcionó con sus malas previsiones-, más allá de apuntalar los beneficios en los recortes de gastos y plantillas. Hoy, al menos, los inversores confían en que la lectura preliminar del PIB estadounidense del tercer trimestre les sirva de balón de oxígeno. Ayer, sin embargo, todas las bolsas europeas se vieron arrastradas desde la salida, y la apertura a la baja de Nueva York no hizo otra cosa que reafirmar el desplome. Por tanto, podría decirse que el de ayer fue el primer aviso serio para los inversores. En el Ibex, el descenso se paró en los 11.429,80 puntos, tras caer 204 puntos, un 1,76%. En el resto de Europa el destrozo fue aún mayor: París bajó un 2,14%, Londres, un 2,32%, y Fráncfort, un 2,46%. De la larga ristra de caídas, destacaron sobremanera las de Sacyr, Ferrovial, Cintra y Abengoa, que se hundieron m·s de un 5%. En total, 15 firmas descontaron más de un 3%. Entre éstas, se hicieron notar ArcelorMittal (-4,45%) y Santander (-3,44%), a las que ayudaron poco sus resultados trimestrales. Telefónica (+0,42%) fue uno de los cinco valores que cerró al alza. En París, sólo France Télécom y Sanofi evitaron el rojo. Renault, que se despeñó un 7,06%, lideró las caídas.