Un atentado provocó ayer cerca de un centenar de muertos en Peshawar (Pakistán), en el momento en el que la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, comenzaba una visita a ese país, y nueve personas fallecieron en un ataque de los talibán contra la ONU en el centro de Kabul, la capital de Afganistán.

El atentado de Peshawar, la principal ciudad del noroeste de Pakistán, se registró en un mercado repleto apenas unas horas después de que Clinton llegase a Islamabad, a cien kilómetros de distancia, para reforzar la alianza de Washington con este país asiático, clave en la «guerra contra el terrorismo» que lleva a cabo EEUU.

«Hemos recibido los cuerpos de 92 personas fallecidas en la explosión, que ha provocado también 217 heridos», declaró el doctor Zafar Iqbal, del principal hospital de Peshawar, Lady Reading. «Todos los muertos son civiles», añadió.

«Diecinueve mujeres y once niños figuran entre los muertos», destacó el doctor Iqbal, que hizo un llamamiento a los habitantes de Peshawar para que donasen sangre.

Este balance podría aumentar, puesto que hay numerosas personas atrapadas entre los escombros.

La explosión provocó un enorme cráter, que hizo que se derrumbasen varios inmuebles y numerosos puestos del mercado de Meena, el más frecuentado de Peshawar.

Cinco horas después de la explosión, los bomberos seguían luchando para extinguir el fuego, mientras que los servicios de seguridad, ayudados por numerosos voluntarios, empleaban grúas para remover los escombros en busca de víctimas, provocando una inmensa polvareda.

Clinton condenó «los atentados crueles y brutales» que golpean regularmente el país, declarando que «Pakistán no está solo frente al terrorismo». «También es nuestro combate. Aportaremos la ayuda que sea necesaria», añadió.

La ayuda que Washington tiene previsto conceder a Islamabad va más allá de la estrictamente militar. Ayer mismo, Clinton anunció una partida de 125 millones de dólares [84,1 millones de euros] para mejorar el suministro eléctrico y acabar con los cortes, que en Pakistán son cotidianos.

En total, Washington prevé destinar a Islamabad un total de 1.500 millones de dólares [1.009,6 millones de euros] anuales para programas económicos y sociales.

Su homólogo paquistaní, Shah Mehmood Qureshi, declaró que «quienes cometen estos crímenes odiosos quieren acabar con nuestra determinación. No cederemos, queremos aportar paz y estabilidad a Pakistán».

«Pakistán ha entrado en una fase decisiva de su combate contra el terrorismo y que Clinton venga a Pakistán en estos momentos para expresar la solidaridad de EEUU es un mensaje muy claro», destacó Qureshi.

En Kabul, el ataque contra un hotel que alberga a personal de la ONU, que provocó nueve muertos, fue reivindicado por los talibán como «la primera etapa» de su campaña de desestabilización contra la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, fijadas para el 7 de noviembre.

Se trata del peor ataque contra la ONU desde que los talibán fueran expulsados del poder en Kabul por los occidentales en 2001.

«Seis empleados de la ONU han muerto y nueve han resultado heridos, algunos de ellos graves», declaró un portavoz de la ONU en Kabul, Adrian Edwards, precisando que todas las víctimas eran extranjeras. Según la Embajada de EEUU, uno de los fallecidos era estadounidense.

Asimimo, murieron dos policías afganos, según indicó la Policía de Kabul, que añadió que se había localizado un cadáver carbonizado de una persona no identificada pero que no corresponde a ningún empleado de la ONU.

Este ataque en una de las zonas más vigiladas de Afganistán destaca la incapacidad de las fuerzas afganas e internacionales para mantener la seguridad de la población y evidencia que la posibilidad de que se produzca una fuertes abstención en las elecciones aumenta.

El atentado de Kabul fue cometido por talibán disfrazados de policías. «Se trataba de estudiantes paquistaníes que han venido para llevar a cabo una misión suicida», afirmó el capitán Daud Safi, oficial del Ministerio de Defensa, uno de los primeros en llegar al lugar de los hechos.

El presidente afgano, Hamid Karzai, ordenó reforzar la seguridad de las organizaciones internacionales presentes en Kabul.

El portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, destacó que este atentado «no hará descarrilar el proceso electoral afgano».