La casa junto a la autopsia
«Home ¿dulce hogar?»
Mikel INSAUSTI |
La realizadora suiza Ursula Meier ha conseguido llamar la atención con su inusual propuesta acerca de la civilización y sus límites, al trazar una línea imaginaria que en «Home, ¿dulce hogar?» separa el progreso destructivo y alienante de la vida tranquila con la que sueña toda familia.
Isabelle Huppert y Olivier Gourmet son un matrimonio que vive con sus hijos en una casa construida al borde de una carretera, pero con la ventaja de que dicha autopista ha quedado en desuso y les permite disfrutar de una situación idílica. Un mal día las máquinas de asfaltado les despiertan bruscamente de su sueño, comprobando que alguien ha decidido reutilizar esa vía de comunicación hasta entonces abandonada. Ahí comienza una auténtica pesadilla, porque el ruido del tráfico les produce un estrés constante. Por si eso fuera poco pierden la intimidad de la que gozaban, y cada vez que hay un atasco se sienten observados por los extraños que les vigilan desde sus vehículos. La única solución que halla el cabeza de familia para atenuar tanta agresión externa es la de construir un muro, decisión que, lejos de eliminar las tensiones, provocará una mayor sensación de división y conflicto.
A pesar de lo grave del asunto Ursula Meier apela a la ironía, remarcando las paradojas del mundo moderno, en el que las prisas por viajar de un lugar a otro arrasan con todo lo que hay en medio. Es un tema que nos toca de cerca, estando como estamos atravesados por redes de carreteras que nunca son suficientes y a las que hay que sumar el tren de alta velocidad. Bienvenida sea esta película.