Habitación para tres
«Castillos de cartón»
Salvador García Ruiz adapta la novela de Almudena Grandes «Castillos de Cartón», sobre la iniciación sexual de tres estudiantes en la década de los 80, por medio de un guión escrito por Enrique Urbizu.
M. INSAUSTI |
La Seminci también ha acogido el estreno de «Castillos de cartón», cuarto largometraje del realizador Salvador García Ruiz, especializado en adaptaciones literarias. Tras un arranque muy prometedor con «Mensaka», basada en la novela de José Ángel Mañas, sus posteriores largometrajes no han despertado el mismo interés. En «El otro barrio» adaptó a Elvira Lindo, en «Las voces de la noche» a Natalia Ginzburg, y ahora le toca hacer lo propio con Almudena Grandes. Aún así, puede decirse que el común denominador de todas sus películas es el traducir a imágenes textos que exploran la psicología de la juventud, siempre con un definido acento generacional, independientemente de la época en la que se enmarque cada diferente relato.
Fiel a esa máxima, en «Castillos de cartón» recrea el impulso juvenil de la década de los 80, cada vez más revisitada por el cine. «Castillos de cartón» tiene el peligro de los dramas protagonizados por intérpretes inexpertos, si bien Salvador García Ruiz ha querido jugar con el pudor de sus dos actores y su actriz a la hora de desnudarse y participar en escenas de sexo explícito. Esa timidez ante la cámara va bien con el retrato de unos estudiantes que se están iniciando en las relaciones sexuales, y que simplemente se dejan llevar por el instinto en su intercambio triangular. Biel Durán, Nilo Mur y Adriana Ugarte son alumnos de Bellas Artes que comparten cama y viven el momento, pues el tiempo ya se encargará de colocar a cada uno en su sitio, una vez acabados los estudios. La situación es contemplada con ingenuidad, en la medida en que los protagonistas no saben cómo presentar su condición de trío ante las respectivas familias.