Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, reunidos en la cumbre del Consejo Europeo en Bruselas, acordaron ayer conceder a la República Checa las garantías que exige su presidente, el euroescéptico Vaclav Klaus, para ratificar el Tratado de Lisboa. Es una excepción que permitirá que la Carta de Derechos Fundamentales, integrada en el Tratado de Lisboa, no se aplique en territorio checo, algo que ya se contempla en el caso de Gran Bretaña y de Polonia.

El presidente checo justificó su petición alegando que quiere protegerse frente a posibles reclamaciones por las propiedades confiscadas a los alemanes expulsados en 1945 de la región de los Sudetes.

«Hemos aprobado un protocolo que extiende a la República Checa las garantías que se habían dado a Polonia y Reino Unido», indicó el ministro italiano de Exteriores, Franco Frattini.

El Tratado de Lisboa, llamado a reforzar el papel de la UE en el mundo y mejorar su maquinaria institucional, ha sido ratificado por 26 de los 27 países miembros del bloque. Para su entrada en vigor, sólo queda pendiente la firma de Klaus.

Los líderes europeos esperan que, tras satisfacer sus pretensiones, el presidente checo firmará el documento a principios de noviembre, una vez que el Tribunal Constitucional de su país se haya pronunciado el próximo martes sobre el último recurso presentado por un grupo de senadores euroescépticos.

Entonces, la Presidencia sueca podría convocar una cumbre extraordinaria, probablemente el 10 de noviembre, para formalizar los nombramientos de los nuevos cargos que crea el Tratado, el presidente permanente de la UE y el Alto Representante para la Política Exterior y la Seguridad Común. Además, se pondrá en marcha la designación de los comisarios que acompañarán a José Manuel Durao Barroso en su segundo mandato.

De cumplirse este calendario, el Tratado de Lisboa podría entrar en vigor definitivamente a finales de diciembre o principios de enero de 2010.

El nombre de Blair se desinfla

Aunque algunos líderes insistieron antes de la cumbre en que no se iba a hablar de candidatos a los nuevos puestos hasta que se disipara el obstáculo puesto por Klaus, la primera jornada de la cumbre sirvió para ir buscando alianzas ante los eventuales aspirantes. El ex premier británico Tony Blair fue el nombre que más sonó, pero la falta de apoyos, ya que es cuestionado tanto por el socialistas como por populares, hizo que su candidatura perdiera fuerza al no suscitar el consenso necesario

Coincidiendo con el inicio de la cumbre, el presidente del Parlamento Europeo, Jerzy Buzek, instó a elegir a una mujer para ocupar la Presidencia del Consejo Europeo. Insistió en que hay varias posibles candidatas -las ex presidentas irlandesa Mary Robinson y letona Vaira Vike-Freiberga y la dirigente finlandesa Tarja Halonen- y urgió al Consejo a considerarlo.

La otra cuestión importante a tratar en Bruselas, la adopción de un acuerdo para que la UE acuda con una posición común a la cumbre sobre cambio climático de diciembre en Copenhague, quedó pospuesta hasta hoy ante el enfrentamiento entre los países del este y del oeste. Polonia y otros ocho estados reiteraron su resistencia a contribuir al fondo europeo para ayudar a los países pobres a recortar sus emisiones alegando su bajo nivel de renta y el impacto de la crisis.