Agricultores y ganaderos, acompañados de sus familias en muchos casos y de representantes políticos reivindicaron ayer en Iruñea «un mundo rural vivo y con futuro». Convocados por la Unión de Agricultores y Ganaderos de Navarra (UAGN), a la cita acudieron unas 5.000 personas, según los organizadores, y unas 1.000 según la Policía Municipal.

La marcha se desarrolló en un tono festivo y participaron varios tractores, además de varias vacas, caballos, gansos y ovejas. Encabezada por una pancarta con el lema «Por un mundo rural vivo», sostenida por los dirigentes de la UAGN con su presidente, Joaquín Iriarte, al frente.

A la iniciativa se sumaron representantes de UPN, NaBai, PSN, CDN, IUN y PP, pese a que muchas de las demandas iban dirigidas a las instituciones que ocupan, así como representantes municipales de varias localidades navarras, asociaciones y cooperativas.

Además de gaiteros y txistularis y de una charanga, desde uno de las tractores la megafonía repitió lemas como «No a la dictadura de las grandes superficies», «Sin más apoyo institucional nuestros pueblos desaparecerán» o «Nosotros somos los verdaderos cuidadores del medio ambiente».

Al término de la marcha, en la Plaza del Castillo, Iriarte leyó un manifiesto cuyo principal mensaje fue el de instar a administraciones públicas y al conjunto de la sociedad «a afrontar un esfuerzo conjunto tendente a fomentar el desarrollo rural».

«El mundo rural, además de alimentos y materias primas destinados a los mercados, genera otros bienes y servicios para el conjunto de la sociedad», como la defensa del medio ambiente, de los valores paisajísticos, de la seguridad alimentaria, del mantenimiento de la población rural o la dinamización de la economía rural.

Una nueva política

Señaló que la actividad agraria y forestal, a pesar de las transformaciones económicas y especialmente de la reestructuración del sector agrario en los últimos años, sigue siendo un componente esencial de la cultura y economía rural», aunque lamentó que esto «no es suficiente para garantizar la viabilidad y el desarrollo equilibrado de amplísimas áreas rurales de Navarra».

Iriarte pidió una «nueva política agraria» que se base en el aumento de la competitividad del sector, la estabilización de las rentas y de las condiciones del trabajo agrario, el fomento de la producción sostenible, y el impulso de la innovación.