El peso de calendario
Preocupación con fundamento
La acumulación de partidos se deja notar en la plantilla rojiblanca, que afrontará tres encuentros en el lapso de sólo siete días.
«Estar en tres competiciones nos puede costar la vida». La preocupación por las consecuencias de un calendario muy cargado ocupó tanto espacio como la satisfacción por la victoria en las reflexiones de Joaquín Caparrós tras la victoria frente al Atlético.
No es de extrañar. Aunque aún no se conoce la gravedad -según el parte médico ofrecido ayer, Gaizka Toquero sufre una lesión muscular en la parte anterior del muslo izquierdo y Markel Susaeta una sobrecarga en el adductor izquierdo, aunque en ambos casos habrá que esperar aún-, el choque frente a los colchoneros se saldó con tres nuevos nombres en el ya abultado parte de bajas del equipo. En las últimas jornadas rara vez ha bajado de la decena.
Afortunadamente, las lesiones graves escasean. Sólo Iñigo Díaz de Cerio, cuya reaparición no debería dilatarse mucho más, Aitor Ocio, que en principio no regresará hasta el próximo año, e Iñaki Muñoz, que mañana volverá a pasar por el quirófano, se cuentan en ese grupo. Pero las sobrecargas, esguinces, contusiones y distensiones se han convertido en el pan nuestro de cada día. A lo que hay que añadir las sanciones, más frecuentes de lo deseable, e incluso la llamada de las selecciones a algunos jugadores.
La primera consecuencia pasa por los problemas que ha encontrado Joaquín Caparrós en alguna ocasión a la hora de confeccionar sus convocatorias. Más allá de que su presencia entrase en los planes del técnico, y aunque su aportación en minutos sea demasiado significativa, Eneko Bóveda, Isaac Aketxe, Xabi Etxebarria o, el último debutante con la camiseta rojibanca Iñigo Pérez, ya saben de convocatorias y minutos.
La segunda es incluso peor. Por mucha política de rotaciones que esté queriendo instaurar esta temporada Caparrós -inexistente en algún caso-, los esfuerzos pesan. Y se dejan notar sobre el césped, sobre todo en un equipo que, como destaca el propio técnico -y esta vez no puede hablarse de excusa fácil, aunque tampoco es la única carencia de este Athletic-, necesita «jugar al 100%» para ser realmente competitivo. «Y para eso hay que estar a tope».
Así que la principal preocupación del utrerano a día de hoy es evidente. «Recuperar cuanto antes» al mayor número posible de jugadores.
Más aún teniendo en cuenta la que se le viene encima al equipo de inmediato, en vísperas de un nuevo parón liguero. En sólo siete días, el Athletic disputará tres encuentros, con desplazamiento largo incluído, y con bastantes cosas en juego. Un arreón que comienza este mismo jueves con la visita al Nacional de Madeira, ante el que los rojiblancos pueden certificar su clasificación para la siguiente eliminatoria de la Europa League.
Tres días después, el equipo visita a un Racing en horas bajas, pero siempre hipermotivado en unos encuentros que afronta como derbis; y en un choque en el que podría hacer definitivamente buena la victoria del sábado.
Y sólo dos días después, el próximo martes, será San Mamés el que acoja un partido con mucha dificultad y más trascendencia: a los bilbainos les toca voltear en Copa el 2-0 que encajaron la semana pasada en Vallecas si no quieren despedirse de uno de sus principales objetivos de la temporada.
Un arreón considerable, por tanto, para cerrar el segundo maratón de la temporada que, pese a rachas y actuaciones poco menos que lamentables, el Athletic puede saldar de manera favorable. De momento, la competición europea marcha viento en popa, el triunfo ante el Atlético mantiene al equipo en la zona tranquila y sólo la Copa amenaza con propiciar un disgusto mayúsculo.