Flores y velas se desplegaron por los camposantos de todas las localidades vascas, aunque en algunas hubo actos específicos como el que se produjo en el cementerio iruindarra de San José. Allí, el Consistorio promueve un responso ante el mausoleo de Pablo Sarasate, cuyo centenario de su muerte se ha celebrado este último año.

En Arrigorriaga, rompiendo con lo habitual en camposantos de ciudades y pueblos, casi 2.000 vecinos visitaron ayer el nuevo cementerio municipal, superando las previsiones de visitas realizadas por el Consistorio para una instalación que también tendrá uso como parque público. Esta infraestructura está preparado para dar cabida a quienes profesen cualquier tipo de creencia religiosa.

Entre los asistentes se repitieron las muestras de sorpresa por la originalidad de las instalaciones y por su belleza, ya que este cementerio de Landaederraga es «único en Europa por su concepción urbanística y su diseño, que no deja a la vista ningún motivo funerario». De igual forma, la disposición del mismo en lo que respecta a los enterramientos no da lugar a ningún tipo de distinciones de religión o clase social.

Además, tendrá «un servicio igualitario» porque el Consistorio será el encargado de sufragar los gastos de los enterramientos y el mantenimiento de las lápidas, así como de gestionar el alquiler de los nichos de este nuevo cementerio de Landaederraga, cuya superficie es de casi tres hectáreas y su presupuesto ha alcanzado casi los tres millones de euros.

De igual forma, para transmitir una percepción de unidad, no se permitirá decorar los frontales de las tumbas y de los nichos con otros elementos que no sean las placas ofrecidas por el Ayuntamiento de Arrigorriaga. Para posibilitar que el nuevo cementerio cumpla también la función de parque, sobre las lápidas se está habilitando un terreno con césped.