«Hay seteros atrevidos y seteros viejos, pero lo que no hay son seteros atrevidos y viejos»
Biólogo del Hospital de Navarra, ha hablado en la semana micológica de Laudio sobre la mortalidad de las setas venenosas. Médico intensivista, coordinador de trasplantes y prestigioso experto en setas y sus posibles efectos perjudiciales, conoce como nadie cómo se las gastan algunas especies de hongos. Sólo en Nafarroa, cada año se atiende medio centenar de intoxicaciones por este consumo.
Joseba VIVANCO
Uno puede leer en internet: «José Elizalde, micotoxicólogo, el que puede ser tu salvación si te envenenas con un hongo cuando acudes al Hospital de Navarra». ¿Cómo acabó haciendo de micotoxicólogo y llegó a ser un «salvador»?
Ni micotoxicólogo ni salvador. Cuando era un crío, hará hace unos 50 años, estábamos toda la familia de excursión en el alto del Perdón y bajo unos bojes encontramos un setal con varios ejemplares que tenían muy buena pinta. No los cogimos porque mi padre nos dijo que, al no conocerlas, esas setas podían ser venenosas. Quizá aquello se me quedó grabado. Más tarde, en la mili, en Ainzoain, había algunos militares, recuerdo a un tal Larrondo, con mucha afición y conocimiento; me enseñaron bastantes cosas de este mundillo. Y luego, de manera autodidacta, con apoyos de la altura de Xabier Laskibar, en Donostia, o Josep Piqueras, en Barcelona. De hecho, en las dos últimas reuniones europeas celebradas en Italia fui el único representante de la Península.
Lo que sí parece es que los servicios de urgencias en Nafarroa se están tomando con seriedad este tema de las intoxicaciones por hongos...
En Navarra hemos tenido la suerte de contar con médicos que son auténticos expertos en micología, como Arraiza, Pinillos, Soto... De hecho, se está poniendo en marcha un protocolo de atención al intoxicado por setas que universaliza tanto el enfoque del diagnóstico como la actitud terapéutica en todos los hospitales de Navarra.
Setas mortales en el siglo XXI. Ése ha sido el tema sobre el que ha versado su última charla. ¿Hay que tenerles tanto miedo?
Fíjese, hoy día, a pesar de disponer del trasplante hepático, si el intoxicado ha desarrollado un fallo multiorgánico, bien por su tardanza en llegar al hospital o bien por las altas cantidades de tóxico ingerido, las posibilidades de fallecer son elevadas. El paradigma de la seta venenosa es la Amanita pahlloides, muy abundante en nuestro entorno, y cuya última víctima, de 40 años, ocurrió en Gipuzkoa. Las intoxicaciones más frecuentes cada otoño son las causadas por el Entoloma lividum, en euskara maltzur, que es muy frecuente confundir con la Clitocybe nebularis, la que llamamos illarraka o pardilla. Es una especie muy consumida aquí y las legislaciones francesa e italiana, por ejemplo, la definen como tóxica por la gran cantidad de personas a las que, cuando menos, les resulta indigesta.
¿Qué síntomas suelen ser los habituales en una intoxicación por setas?
La mayoría presenta una gastroenteritis aguda. Es decir, náuseas, dolor de tripas y diarrea. Según la especie causante puede haber trastornos neurológicos, renales, agitación... De ahí la importancia de que, cuando se acude a Urgencias, se aporte, al menos, un ejemplar de la especie ingerida.
Porque lo mismo que de fútbol, todos sabemos o, mejor, creemos saber de setas...
Lo que hay que hacer es olvidar falsas creencias como son el ennegrecimiento de una pieza de plata, o los colores u olores concretos. La única regla de oro para no intoxicarse es una correcta identificación botánica de la especie de que se trate.
¿Hay algún abecedario para el setero, no sé si ocasional?
Sí. Coger únicamente lo que con seguridad se conoce.
Porque usted decía, hay mucho mito y leyenda a desterrar...
Hace años tuvimos un intoxicado por Amanita phalloides que dijo haberla cogido porque una de ellas estaba mordisqueada por los limacos... Casi llegó al trasplante hepático. Decía haber cogido gorringos verdes...
Un otoño lluvioso trae consigo mayor abundancia de hongos y por consiguiente más casos de intoxicaciones. ¿Cómo se les está presentando la presente temporada?
Ya hemos tenido varios intoxicados por entolomas, pero nada serio de momento.
¿Y qué les suelen contar los intoxicados cuando abandonan el hospital? ¿Se arrepienten, se justifican?
La mayoría se arrepiente de no haberse cerciorado de la comestibilidad de la especie en cuestión. Normalmente suele haber un «entendido» de por medio, que a su vez acaba siendo delatado por los intoxicados.
¿Un último consejo?
Como reza un antiguo proverbio, «hay seteros atrevidos y seteros viejos, pero no hay seteros atrevidos y viejos». No convirtamos un día de excursión en una peregrinación al hospital.
«Hace años tuvimos un intoxicado por Amanita phalloides. Decía que una de ellas estaba mordisqueada por limacos... Debemos dejarnos de falsas creencias»