«Busco justicia y seguir viviendo», declara la madre de Nagore Laffage
Asun Casasola, madre de Nagore Laffage, declaró ayer que su hija tenía «carácter» pero que no era violenta, y también relató cómo ha afectado su muerte a su familia. «Busco justicia, juntar a mi familia y tratar de seguir viviendo», afirmó. Por su parte, una amiga de la joven irundarra que salió con ella la noche de los hechos dijo que no le extrañó que se fuera con José Diego Yllanes porque le conocía «de vista».
Iñaki VIGOR
La madre de Nagore Laffage, visiblemente afectada, respondió durante media hora a las preguntas de los abogados y de los miembros del jurado, referidas tanto a su hija como a las repercusiones que su muerte ha tenido en el entorno familiar.
Al igual que ha ocurrido en sesiones anteriores, varias personas del público comenzaron a llorar al escuchar el relato de Asun Casasola, y ayer tampoco pudo evitar el llanto el padre de la joven irundarra, que sigue el desarrollo de la vista oral desde el primer día. Casasola recordó que Nagore había nacido en Donostia, que con seis años de edad se trasladaron a Irun y que en 2008 vivía en Iruñea por motivos de estudios.
Asun Casasola definió a su hija como una joven «con mucha vitalidad, muy simpática, muy alegre, abierta, sociable y muy cariñosa». También dijo que «no era pendenciera ni se metía en broncas», que era «muy madura» y que no era violenta en absoluto, aunque también tenía «carácter» y «no se callaba» cuando creía que tenía que decir lo que pensaba.
Respecto a las afecciones que la muerte de su hija había tenido en su vida, Asun Casasola relató que desde entonces está de baja. «Yo no vivo desde hace 16 meses», afirmó, para añadir que apenas duerme, que toma pastillas para poder conciliar el sueño y que está en tratamiento siquiátrico y sicológico.
También reconoció que la muerte de Nagore ha afectado a su marido y a su hijo. «Estamos todos mal. No hay familia. Espero recuperarla cuando todo esto termine», declaró.
A preguntas de los miembros del jurado popular, respondió que a su hija le gustaban los chicos, que no había tenido malas experiencias y que «no solía beber» cuando salía, y cuando lo hacía «se controlaba».
«Sabía que era médico»
En ello incidió también una amiga de Nagore Laffage que salió con ella la noche del 6 al 7 de julio de 2008. «Bebía de vez en cuando y muy poco», afirmó, tras recordar que estuvo con ella «hasta la una o las dos de la madrugada, como mucho», y que «apenas había bebido».
También opinó que Nagore «no se hubiera ido con un desconocido», y añadió que no le extrañó que aquella noche se fuera con José Diego Yllanes. A este respecto, dijo que si se fue con él es porque lo conocía «de vista», de verlo por la Clínica Universitaria, y porque «sabía que era médico».
«Había oído rumores de que Yllanes era mujeriego, que le gustaban las estudiantes de Enfermería», agregó esta testigo.
A preguntas de la acusación particular, respondió que Nagore Laffage «no era violenta», que no se dejaba fácilmente manipular, que «plantaba cara» cuando era necesario y que «era precavida, pero no miedosa».
A través de videoconferencia declaró un joven que conoció a Nagore Laffage la noche del 6 de julio y de la que se separó sobre las 4 de la madrugada. «Ella estaba bien, normal», recordó.
En la sesión de ayer también testificó María Rosario Vizcay, madre de José Diego Yllanes, quien recordó que le llamó a su hijo «muchísimas veces» en la mañana de aquel 7 de julio de 2008 porque no había llegado a casa, y que cuando le encontró por la noche en el paraje de Sorogain estaba «como ido» y con frío. «Decía que lo dejáramos, que él no podía seguir así», afirmó. También declaró que su hijo había tenido dos novias, que su relación con ellas había sido correcta y que en años anteriores había tenido dos comas etílicos. Entre otras cosas más, dijo que les ha pedido dinero para indemnizar a la familia Laffage.
Asun Casasola dijo que su hija era «simpática, alegre, abierta, sociable, cariñosa y muy madura», que no era violenta pero que tenía «carácter» y no se callaba cuando tenía que decir lo que pensaba.
También relató la situación en que ha quedado su familia, recordando que apenas duerme, tiene que tomar pastillas y está en tratamiento siquiátrico. «Yo no vivo desde hace 16 meses», resumió la madre de Nagore.
El titular del Juzgado de Instrucción nº 1 de Tafalla decretó ayer el ingreso en prisión, comunicada y sin fianza, de M.P.M.R., de 63 años, acusada de la muerte de su marido, J.A.G.S., de 77 años. El juez, que levantó el secreto de las actuaciones judiciales, imputa a la mujer un «delito de homicidio».
Los hechos ocurrieron el pasado día 2 sobre las 21.45. Según la investigación policial, la mujer agredió con un cuchillo a su marido y le causó heridas en el tórax que le provocaron la muerte en el mismo domicilio, ubicado en el nº 32 la calle Panueva. J.A.G.S. no llegó a ser trasladado a un centro hospitalario.
Tras recibir el aviso de este hecho, SOS Nafarroa envió al lugar a un médico y a un enfermero de Tafalla, así como dos ambulancias, una SAMU-UCI medicalizada del servicio de bomberos y a un sicólogo. Por su parte, la Policía Foral desplazó a una patrulla y posteriormente acudieron miembros de la Policía Judicial, junto con el juez de guardia de esta localidad y un médico forense.
La Policía Foral informó de que en sus archivos no constaban antecedentes judiciales o policiales ni de la víctima ni de su esposa. GARA