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Mantiene la tradición por encima de su irregularidad

El Baskonia no fue capaz de cerrar un partido que tuvo controlado al descanso, pero pudo conseguir la primera victoria a domicilio en un final de infarto gracias a las penetraciones de un Huertas muy entonado.

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UNIÓN OLIMPIJA 76

CAJA LABORAL BASKONIA 82

Jon ORMAZABAL | GASTEIZ

Aunque sea por la vía del máximo sufrimiento, un Baskonia que sigue sin poder quitarse de encima su enorme irregularidad logró mantener la sana tradición de sumar un triunfo en su emparejamiento con el Union Olimpija. Aunque estuvo lejos de cumplir un partido redondo, los gasteiztarras lograron una victoria que puede ser vital, gracias en gran parte al partidazo firmado por Marcelinho Huertas, el jugador que más claras tuvo las ideas en un final que, como la temporada anterior, volvió a ser muy cerrado.

Al Baskonia le costó entrar al partido, especialmente en defensa donde, de inicio, concedió canastas demasiado fáciles al Olimpija. A priori, el mayor potencial esloveno radicaba en su línea exterior, pero los primeros problemas llegaron desde el interior, donde especialmente Vidmar, anotó con demasiada facilidad cerca del aro.

Eliyahu, que había comenzado en el cinco titular, duró poco en cancha y recibió uno de esos recados con los que Ivanovic castiga la desidia defensiva, pero la reacción azulgrana vino sobre todo desde el momento en el que Tiago Splitter comenzó a carburar y a intimidar. En cuanto la defensa comenzó a ponerse a la altura del ataque, y los pívots a anotar, los de Ivanovic consiguieron las primeras ventajas, 20-26 al término del primer cuarto.

Sin embargo, el primer arreón serio de los gasteiztarras llegó con un equipo de mucho menos brillo, con la intensidad de Ribas, la visión y el tiro de Oleson, los apuntes siempre positivos de Micov y un Barac cuyo paso adelante parece ir en serio y cuyo relevo a Splitter, con el que incluso compartió minutos en cancha, es de bastante más calidad que el año anterior. En un cuarto mucho menos anotador, Caja Laboral se fue con 11 de renta al descanso (32-43).

Otra vez el tercer cuarto

El irremediable bajón del tercer cuarto coincidió con la irrupción de un Matt Walsh que ya había comenzado a mostrar su calidad al final del segundo cuarto, con lo que los eslovenos consiguieron ir cerrando el marcador, ante el atasco anotador de los de Ivanovic.

Los azulgranas perdieron el juego colectivo y sólo jugadas individuales aisladas como un triple imposible y una bandeja ante el gigante Golubovic de Marcelinho Huertas permitieron a los azulgranas llegar con el mando del marcador al último y definitivo cuarto.

Pese a que al comienzo del cuarto parcial hubo otro pequeño estirón que le dio siete puntos de ventaja, el juego azulgrana volvió a desconectarse por completo y el equipo local fue creyéndoselo, hasta llegar a ponerse por encima en el marcador después de mucho tiempo, dejando toda la responsabilidad ofensiva al jugador que compartió MVP con Tiago Splitter la pasada jornada.

Precisamente la obsesión del Olimpija con el pívot brasileño abrió huecos en la defensa local que fueron perfectamente aprovechados por su compatriota Marcelinho para dar otra bocanada de aire a los vascos con sus penetraciones, que de esta manera consiguieron una victoria tan necesaria como sufrida.

 

 

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