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Europa League

Salva un punto para dar otro paso

El Nacional encareció la clasificación por medio de una jugada polémica. Un penalti no menos discutible permitió a los rojiblancos salvar un punto que les deja muy cerca de la siguiente ronda. De Cerio regresó a la competición, pero Llorente se retiró con molestias.

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C.D. NACIONAL 1

ATHLETIC 1

Amaia U. LASAGABASTER | BILBO

Por los pelos, pero el Athletic mantiene intactas sus posibilidades de superar esta fase de grupos de la Europa League, que aseguraría con un empate en Viena en la penúltima jornada. Los rojiblancos se asomaron al abismo por culpa de un mal árbitro, recuperaron el resuello con otra acción para el debate y, en los últimos minutos, no les faltó demasiado para asegurar la clasificación.

Aunque esa recta final también se pudo saldar de forma negativa. Porque todo lo que no había pasado en una hora larga de sopor, se acumuló en una recta final alocada, con ocasiones en ambas áreas e intervenciones destacas de los porteros. Al final, vascos y portugueses tuvieron que dar por bueno un punto que deja a los primeros un poquito más cerca de su objetivo y permite a los segundos abandonar el farolillo rojo del grupo, aunque necesitados de una carambola para plantarse en la siguiente fase.

Lo peor, al margen de que el Athletic no pueda aparcar por un tiempo la competición europea y centrarse en otros frentes, pasa por la nueva factura del calendario. Esta vez fue Fernando Llorente el que abandonó el terreno de juego con problemas musculares antes del descanso. Los bilbainos, al menos, también celebraron el regreso de Iñigo Díaz de Cerio, dos meses y medio después de su fallido debut y casi un año después de que se lesionara de gravedad.

Ocasiones rojiblancas

También habría que situar en el haber del equipo rojiblanco un primer tiempo aburrido, pero serio. El Athletic apenas sufrió hasta el descanso -salvo un balón cruzado, tras un espectacular control, de Rubén Micael que se fue rozando la base del poste-, ante un Nacional incapaz de dar forma a su necesidad; aunque, abusando del balonazo, el once de Caparrós tampoco consiguió inquietar en exceso a los portugueses.

Fueron suyas, de todos modos, las ocasiones más claras de esta primera parte. Un chut con el que intentó sorprender Castillo y que Bracali despejó junto al larguero y un balón robado por Gurpegi que Llorente se llevó en solitario: su disparo cruzado superó a Bracali, pero se estrelló en la base del poste. Cinco minutos después, el delantero sufría un pinchazo y dejaba su lugar a Óscar de Marcos.

Curiosamente, el Athletic jugó mejor sin Llorente en el campo. Los balones a la olla ya no valían y en la segunda parte dejaron paso a las combinaciones y las llegadas por banda. También a las ocasiones.

Pero cuando más cómodo parecían sentirse los bilbainos, llegó el jarro de agua fría. Pecnik cogió la espalda a la defensa y cayó ante Gorka Iraizoz. Según el árbitro -hubo tantas interpretaciones de la jugada como espectadores tuvo el partido-, en penalti. Las dudas de William Collum con la normativa de la competición liaron un poquito más la acción, cuando se lo pensó dos veces al ordenar repetir el lanzamiento de Edgar Silva. Lamentablemente, el ariete local acertó en ambos casos y el gol subió al marcador.

Pese al disgusto, el Athletic no le hizo ascos a la tarea que tenía por delante. Siguió buscando la portería de Bracali, con un Joseba Etxeberria especialmente activo tras haber estado desaparecido hasta el descanso. También con las aportaciones de De Marcos y primero David López y después Díaz de Cerio, que saltó al césped a media hora del final.

Otro penalti y la locura

Y no pudo encontrar el donostiarra mejor manera de celebrar su regreso a la competición. Con ya muy poquitos minutos por delante y un suspiro después de que Nuno Pinto viera la segunda amarilla -en realidad tenía que haber visto la roja directa en el primer tiempo por una feísima entrada a Iraola-, De Cerio recibió un balón en el área y cayó ante Halliche. Como había sucedido con Iraizoz y Pecnik, el contacto existió; pero el penalti es, si no discutible, sí al menos riguroso.

Pero el colegiado también lo vio en esta ocasión y Joseba Etxeberria lo convirtió en el empate, tocando de paso diana para una recta final del encuentro totalmente alocada. Los rojiblancos sabían que sólo un gol les separaba de la clasificación matemática y se lanzaron a por él. Pero su anfitrión también era consciente de que un contragolpe acertado podía reducir la magnitud de la carambola que necesita para superar esta fase. Así que los últimos minutos se convirtieron en un toma y daca, en el que los delanteros y, sobre todo, los guardametas acapararon el protagonismo. Si Bracali se lució ante los remates de De Cerio y De Marcos, Iraizoz respondió salvando sendos goles cantados ante Edgar Silva y, sobre todo, Pecnik, para que el punto supiese mejor.

«El equipo ha buscado y ha tenido la fortuna de empatar»
Aunque se rozó la victoria, tampoco la derrota anduvo lejos, así que la expedición del Athletic regresa satisfecha con un punto que deja la clasificación a tiro.
 
«Se ha podido dar cualquier resultado –reconocía Joaquín Caparrós–. Hemos empezado bien, llevando el control del partido y con una ocasión clarísima. En el segundo tiempo hemos salido bastante bien, hemos combinado mejor, hemos creado ocasiones de gol, algunas muy claras, mientras ellos no llegaban. En una acción nos han buscado la espalda y se han puesto por delante, pero el equipo, con corazón y con alma, ha buscado y ha buscado, y ha tenido la fortuna de empatar el partido», resumió.
El técnico reconoció que, tras el empate, su equipo asumió muchos riesgos, que pudieron costarle caro. «Queríamos conseguir el segundo gol por la vía rápida y hemos tenido la opción nada más empatar, pero luego nos ha faltado tener algo más de calma. Somos un equipo al que le cuesta marcar las pausas, por las características de los jugadores, de corazín, de querer ir adelante. Por eso a veces nos falta calma –insistió–, aunque también tiene su parte buena, como hacernos reaccionar cuando los partidos se tuercen».
Es decir, como sucedió ayer, cuando el Athletic remontó para dar «un pasito más» hacia la próxima fase. «Nos hubiera gustado conseguir la clasificación matemática, sobre todo con el pedazo de ambiente rojiblanco que había en el campo, pero no ha podido ser y al menos hemos empatado», se consoló Caparrós.
El técnico, por otra parte, se mostró «muy contento» por el regreso de Iñigo Díaz de Cerio. Respecto a Fernando Llorente, confía en que sólo sea un susto, aunque reconoce que no forzará al jugador para «no correr riesgos». GARA

 

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