¿Están en crisis las cajas, los bancos y cooperativas de crédito después de ver sus resultados económicos?

Es evidente que no. Al contrario, son los que han provocado la crisis, pero continúan engordando sus cuentas de resultados a costa, principalmente, de la clase trabajadora que es quien está pagando la crisis. Si además desde las instituciones se les ayuda, ¿qué más quieren? Esto no es crisis, es un verdadero escándalo para la inmensa mayoría de la sociedad, pero ni les importa, ni les preocupa. Utilizan la crisis para reforzar sus posiciones y obtener recursos a bajo coste, mientras trimestre a trimestre, año tras año, aumentan sus beneficios y, además, alardean de ello.

¿Es normal que todavía los gobiernos y los bancos centrales sigan apoyando a los bancos con dinero barato, mientras éstos lo prestan al triple de lo que lo consiguen?

Los gobiernos hacen eso. Se apoya al sistema financiero, en lugar de a los ciudadanos. Lo grave es que perpetúa un modelo económico muy alejado de las necesidades de la ciudadanía. Es también escandaloso que se les conceda dinero barato, hasta al 1%, mientras luego lo utilizan para el endeudamiento institucional y lo cobran al 3% ó 4%. Entretanto, están cerrando, en gran medida, la concesión de crédito a la clientela, cuando hace unos meses les concedían todo tipo de créditos más allá de sus posibilidades de pago.

¿Nos merecemos a estos dirigentes que un día sí y otro también se vuelcan sólo en el apoyo de la élite económica?

Lo decía antes, esos dirigentes políticos y también algunos sindicales, no dudan en ayudar a empresarios y banqueros, en lugar de a los, por ejemplo, 165.000 parados de Hego Euskal Herria o los casi 4 millones de parados del Estado español. Más les valdría destinar esas ayudas que utilizan para «salvar» el sistema financiero a ayudar a quienes verdaderamente lo necesitan o para crear empleo de calidad, eso sí que sería entendido por la sociedad.

¿Qué lectura hace de esos elevados beneficios? y ¿qué diferencia salarial existe entre los máximos responsables de esos bancos y los empleados?

A los banqueros y altos directivos de las entidades financieras les importa poco la crisis y sus consecuencias, mientras sigan engordando sus beneficios, sigan percibiendo sueldos altísimos y cobrando «bonus» y prejubilaciones millonarias. ¿Para qué se van a preocupar de la crisis y sus consecuencias? La diferencia entre un trabajador de banca de los de «a pie» y, por ejemplo, lo que percibió el famoso ex consejero del BBVA, Goirigolzarri, en 2008 podía llegar a ser de más de 150 a 1, aproximadamente. ¿Se pueden imaginar cuántos puestos de trabajo se podrían crear con los beneficios de un año de la banca? No olvidemos que se están destruyendo miles de puestos en el sector. El dato de BBVA es espeluznante con una disminución de casi 8.000 trabajadores en un año. Es inadmisible y más en la actual coyuntura.

Si hay tanta destrucción de empleo no habrá horas extras.

Justo lo contrario, son miles las horas extras que se realizan en el sector financiero pero que, a la vez, ni se declaran, ni se cotizan, ni se pagan. Todo un fraude que es conocido por las instituciones públicas pero que se permite y, aunque lo denunciemos, no quieren actuar. Se convierten en cómplices del fraude e impiden que la Seguridad Social perciba unos importantes ingresos o que se contrate al personal necesario. Hay muchos que trabajan más horas de las marcadas en los convenios para que el banco obtenga más beneficios, para que algunos cobren sus «bonus» y, de paso, para que se destruya empleo. Inadmisible e insolidario.

No sólo se destruye empleo, sino que se subcontrata y se deslocaliza como ocurre con BBVA.

La banca se aprovecha de la subcontratación y la deslocalización. BBVA está desmantelando prácticamente todo lo que tenía en Bizkaia. Empeora las condiciones laborales y paga menores sueldos y si le sumamos las ayudas que, por ejemplo, la Junta de Andalucía le da por montar la empresa OP PLUS, una empresa 100% de BBVA y que realiza la labor que antes hacía la plantilla del banco en Málaga, no sólo es escandaloso, es una vergüenza. Las instituciones no deben ser cómplices de estos chanchullos y deberían no solo prohibir esas prácticas, sino castigar a quienes hacen negocio con las mismas, y garantizar los derechos de los trabajadores.

¿Y de los beneficios de las cajas, qué piensa?

BBK y Caja Vital tienen, hasta setiembre, más beneficios que el año pasado y eso, en un año de crisis, es vergonzoso. Si además las cajas deben de cumplir una función social es más incomprensible, pues podrían destinarlo directamente a quienes más lo necesitan. Las cajas, por otro lado, no reparten dividendos pero sí tienen una obra social que hacer y, desgraciadamente, ni en época de bonanza económica destinaban todo lo que, por ley, pueden ofrecer. Es necesario impulsar la obra social pero donde también se camuflan muchas partidas que no son obra social, por ejemplo el marketing. Las cajas tienen que ser rentables, no queremos que tengan pérdidas, pero de eso a castigar a la clientela para obtener más y más beneficios y no hacer la función social que debieran, hay una distancia que no se debe recorrer.

Crédit Suisse indica que la banca española acumuló este tercer trimestre 30.000 millones más en créditos morosos. ¿Ocultan la magnitud del problema?

Que la morosidad está creciendo es un hecho. La crisis lleva a muchas familias a no poder ni pagar sus créditos y eso hace aumentar dicha tasa. Sin embargo, las entidades financieras no dicen toda la verdad. Hay otros estudios que dicen que están camuflando cifras para que sus balances aparezcan saneados. Tampoco podemos olvidar que el propio Miguel Angel Fernández Ordoñez, el presidente del Banco de España que tantos recortes laborales aconseja, también «ha prohibido» a las entidades financieras, en especial a las cajas de ahorro, que den unos beneficios mínimos o nulos. Quiere que se provisionen para 2010, que viene muy duro. Como se ve, todo vale en esta ingeniería financiera si, al final, a ellos les salen sus cuentas que, desgraciadamente, nunca son las nuestras.

¿Qué opina del cambio de estatutos en Caja Navarra (CAN)?

En primer lugar, democracia. Caja Navarra continúa siendo un «cortijo» en el que Miguel Sanz manda a su antojo, y es la única que no cumple unos mínimos democráticos. En segundo lugar, participación y control y una mayor función social que redunde en la ciudadanía, principalmente la más necesitada. Los cambios que quieren efectuar no van por ese camino, quieren perpetuar su poder y su control, lo que demuestra el rancio talante de la derecha foral y española, que es inadmisible y no se debe permitir.

¿Las administraciones públicas vascas se han olvidado ya de crear un banco público vasco al servicio del pueblo?

Sí, eso sólo lo sacaban a relucir cuando les servía a sus intereses políticos y/0 mercantiles. No han tenido nunca la intención de una apuesta decidida por un sistema financiero para este país y sus ciudadanos. Sólo han pretendido controlar las instituciones financieras, para que ellas sirvan a los intereses económicos y políticos que los mandatarios de turno defienden, es decir, sus intereses. Las quieren, entre otras cosas, para apoyar proyectos tan contestados como el TAV, las incineradoras (Zabalgarbi o la pretendida en Gipuzkoa) o el puerto exterior de Pasaia, pero no por su interés social, sino por lo que les supone de negocio.

¿Las cajas vascas se verán perjudicadas en la guerra por las fusiones que se ha desatado?

No debería si la apuesta que se hace es por defender un proyecto de país, a favor de su ciudadanía y dedicada al servicio de este territorio que es donde surgen, donde crecen y donde una buena parte de los ciudadanos tienen sus ahorros y sus créditos. Pero si lo que se pretende es competir por sacar más y más beneficios, si se continúa castigando a la clientela con comisiones abusivas por todos los servicios, si continúan trabajando como un banco más es muy fácil que los ciudadanos que tradicionalmente han creído en las cajas vascas cambien y vayan a buscar otras alternativas más favorables. No se debe competir en esa loca carrera, ni continuar con una expansión irracional, que está ocasionando pérdidas, y mucho menos abrir una «guerra de oficinas», entre nosotros mismos, para quitarnos clientela como ahora se ha iniciado con la guerra de sucursales.

Tras el fracaso de BBK en la absorción de Caja Castilla La Mancha, ¿cree que se volverá a intentar la fusión a tres de las cajas vascas?

La fusión a dos fracasó por culpa del PNV, que quiso imponer sus criterios, que se negó a negociar tanto con nosotros como con otros sectores que defienden un modelo social de cajas para Euskal Herria. Tras el fracaso, la decisión de una posible fusión estará, como siempre, en Sabin Etxea y dependerá de las necesidades y garantías que se les puedan dar para seguir manteniendo su control. La fusión puede servir para mucho siempre que se utilice bien, con un modelo social, de apoyo a las necesidades y proyectos de construcción de país. Una caja vasca mas democrática, participativa y social puede ayudar en la construcción de Euskal Herria. Hasta la fecha, han sido otros los intereses que han primado. Si de verdad se apuesta por ir hacia un cambio de modelo estamos convencidos de poder llegar a un acuerdo, pero que no esperen cheques en blanco como pretendieron hace un año.

¿Qué tendría que prevalecer?

Debe responder a un marco de relaciones laborales de aquí, y no como pretendieron imponernos el año pasado, un marco estatal, alejado de la realidad, de los intereses de la mayoría de los trabajadores vascos y que distorsiona la representación de la plantilla dejando en manos del 30%, que están en las oficinas de la expansión, los intereses del 70% que trabaja, vive y quieren negociar sus condiciones laborales en Euskal Herria. No queremos que se nos imponga un marco que no aceptamos, ni tampoco imponer el nuestro. Somos solidarios con el resto y queremos dejar la puerta abierta a que ellos negocien su propio convenio, se adhieran al de aquí o se sumen al que tienen el resto de cajas para el Estado, pero no aceptamos que nos impongan desde quienes dirigen las cajas vascas (PNV), con la complicidad y apoyo de sindicatos estatales o corporativos, el marco estatal. Eso para LAB es inaceptable y seguiremos reivindicando un marco vasco de relaciones para el o los convenios de las cajas vascas con el objetivo de llegar a un solo convenio para todas ellas como el que en su día existió.