TITIN III 22

JULEN RETEGI 13

Siguiendo a los medios de comunicación durante la semana pasada, y viendo la incidencia que todos habíamos hecho sobre la diferencia generacional entre Titín III y Retegi Bi, parecía que el fondo físico de los pelotaris iba a ser el factor clave en el devenir del partido.

Y así fue. Pero no en el sentido que todos esperaban, ya que fue Augusto Ibáñez, ése que ya jugaba finales el pasado siglo, quien acabó ahogando a base de velocidad a su rival.

Titín, por aquello de buscar un colchón que le hiciese afrontar el tramo final del duelo con menos presión, salió enchufadísimo. Acertó en todas sus embestidas, y gracias a un Retegi que saltó a la cancha atenazado por los nervios, se puso netamente por delante en el luminoso; 6-1 y 9-3.

Los dos modos de juego que ambos pelotaris atesoran chocaban una y otra vez en la cancha: la paciencia frente a la velocidad, el bote frente al aire. Para la mitad del encuentro, Titín había entrado a quince pelotas antes del bote, Retegi lo había hecho en una única ocasión.

Cuando el de Tricio disfruta, también lo hace la grada. Pero a pocos les gusta ir al frontón y observar que el marcador muestra un poco emocionante 13-3. De una u otra manera, todo el mundo esperaba la reacción del joven Retegi. Su padre, profesor, tutor y ayer botillero, Julián, pidió tiempo. Sabía, al igual que todos los presentes, que su chico podía hacerlo mucho mejor.

La reacción

Fue salvador. De ahí en adelante llegaron sus mejores minutos. Vale decir que hasta el 13-4 no llegó el primer tanto que llevara incrustado el sello Retegi. Desgastó al de Tricio, jugó con paciencia y entendió lo que tenía que hacer. Jugó con la soltura que le faltó en el tramo inicial, dominó el peloteo, tenía a Titín lejos del frontis y acertó en el remate. Esta reconversión se tradujo en un parcial de 0-7.

Retegi Bi iba hacia arriba, pero el partido comenzó a hacerse exigente. El carnet indica una diferencia de 16 años, pero los dos estaban exhaustos. Aún perdía por 16-13, pero la dinámica era favorable al de Iruñea.

Sin embargo, el desgaste hizo mella en él y se vio obligado a solicitar un descanso. Y resulta que, si el primer parón fue decisivo para su resurrección, el siguiente fue su tumba. Era el momento clave, y Julen cometió una falta de saque que le sacó por completo del partido.

Nueve puntos en el average

Titín no estaba mucho mejor, pero con un alarde de pundonor final, y gracias al saque -con el que logró la friolera de nueve tantos- pronto voló hasta el cartón 22. El nivel físico del veterano de Tricio ha sido tema de debate en los últimos tiempos. Él ha respondido con una victoria abultada en la primera jornada de la liguilla de semifinales y, a pesar de que lo niegue, el tanteo le otorga muchos boletos con la vista puesta en la final.

«Es verdad que me cuesta más recuperar, pero en el Cuatro y Medio puede pasar cualquier cosa. Hemos acabado los dos muy justitos y contra Gonzalez tendré que jugar mucho para ganar», manifestó el riojano.