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Victoria en Santander

La guinda a una buena semana

Pese al esfuerzo realizado el jueves, y con cambio de nombres y de dibujo, el Athletic sumó su segunda victoria consecutiva en Liga, que le deja muy cerca de posiciones europeas. Los goles de Gurpegi e Iraola certificaron la superioridad rojiblanca.

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RACING 0

ATHLETIC 2

Amaia U. LASAGABASTER | BILBO

Casi dos meses después, el Athletic se montó en el autobús con una sonrisa de oreja a oreja. El equipo rojiblanco había encarado la visita a un campo que se le había atragantado las últimas temporadas tocado por los esfuerzos y con una trayectoria a cuestas que no invitaba al optimismo. Pero se sobrepuso con un partido casi impecable, que cierra una semana también cercana a la perfección.

En resultados, se entiende, porque los choques ante Atlético y Nacional -no el de El Sardinero- se habían saldado con tantos aciertos como errores. Pero los puntos valen igual y los que ha conseguido estos últimos días el Athletic le han permitido asentarse en Liga y en la Europa League -sólo le separa un punto de puestos europeos en el torneo doméstico y otro de la clasificación para la siguiente ronda en el continental-. A falta del trascendental encuentro del miércoles, los nubarrones que se le habían echado encima en semanas anteriores han desaparecido casi por completo.

En Santander, además, hubo algo más que un buen resultado. Evidentemente, el Racing no es ahora mismo el rival más peligroso con el que se puede cruzar uno, pero también estos partidos -más aún con esfuerzos muy recientes a cuestas- hay que saber jugarlos. Y el Athletic lo hizo.

Con Joseba Etxeberria fundido tras la paliza del jueves, Gaizka Toquero fuera de combate, Iñigo Díaz de Cerio falto de minutos y Fernando Llorente finalmente en la grada, Joaquín Caparrós tiró de fondo de armario y alineó a Ion Vélez de inicio por primera vez esta temporada. También en lo táctico, con un trivote en el centro del campo con el que intentó facilitar el trabajo de los laterales, ante el previsible ímpetu de un rival muy necesitado y con mucho peligro en las bandas.

Fue una apuesta ganadora. Tanto, que ni siquiera se echó de menos a Llorente, uno de los hombres que lo juega todo y, sin duda, el más desequilibrante del equipo. Ayer les tocó a otros mirar la puerta rival, aunque hubo que esperar un buen rato para que lo hicieran. Porque la primera media hora se consumió con un Athletic dedicado prácticamente en exclusiva a protegerse de un Racing cuyos embates causaron poca inquietud. Apenas a balón parado, con los cántabros metidos casi al completo en el área, y en alguna escapada que pilló un tanto despistada a la zaga.

El partido se rompió, para bien, a un cuarto de hora del descanso. Nada mejor que adelantarse ante un equipo con urgencias, sobre todo si juega ante una afición quemada. El Athletic lo hizo en su primera ocasión clara, con una falta bien botada de Castillo que Gurpegi cabeceó para marcar el 0-1. El Racing intentó reaccionar -y no le faltó demasiado para anotar el empate por medio de Tchité al filo del descanso-, pero su rival no estaba por la labor.

El Athletic se soltó con la ventaja, que le permitió disputar una segunda parte en la que siempre se vio más cerca la sentencia que la igualada. Juan Carlos Mandiá metió más madera, pero fue Toño el portero que más trabajó. Markel Susaeta, Óscar de Marcos y Ion Vélez reclamaron el protagonismo que les había faltado en el primer tiempo, intentando forzar la maquinaria de una defensa que no necesita demasiadas ayudas para «lucirse». Sí lo hizo, en el buen sentido, su guardameta, que abortó dos muy buenas acciones de De Marcos.

Pero la puntilla acabó llegando. Ion Vélez se acercó, forzando una falta pegada al área; Susaeta fue más allá y sufrió un penalti que Paradas Romero no vio; y a la tercera, de nuevo Ion Vélez, fue derribado por Lacen en una acción que ya no dejó lugar a dudas. Andoni Iraola se encargó de materializar la pena máxima y finiquitar el choque.

El último cuarto de hora se convirtió en un quiero y no puedo de los cántabros, a cuya falta de ideas anterior se le sumó la certitud de la impotencia. Rendición definitiva del rival y, por primera vez esta temporada, y posiblemente cuando menos se esperaba, el Athletic se permitió terminar un encuentro sin el corazón desbocado.

«Nadie puede negar el corazón que tiene esta plantilla», ensalza Joaquín Caparrós

Aunque el encuentro del próximo miércoles mereció casi tantos comentarios como el de ayer, la expedición del Athletic no ocultó la alegría por el triunfo.

«Son tres puntos de muchísimo valor, después del esfuerzo que hizo el equipo el jueves», subrayó Joaquín Caparrós, que se deshizo en elogios a sus jugdores. «Este equipo tiene una profesionalidad y una capacidad de recuperación grandísimas, como está demostrando. Podremos ganar, empatar o perder los partidos, pero nadie puede negar el corazón que tiene esta plantilla». Una actitud que también se deja notar en la respuesta de jugadores que, después de mucho tiempo, se ven en el once inicial. «Se ve que todo el que sale tiene muchísimas ganas, está metido en la mentalidad del equipo y tiene ganas de quedarse. Somos un equipo joven y es lógico que se cometan errores, pero la actitud de estos jugadores es para decirla en voz muy alta porque cada domingo, independientemente del resultado, se dejan la piel», insistió.

En lo que respecta a lo sucedido sobre el césped de El Sardinero, Caparrós reconoció la importancia de haber anotado el primer gol. «Ponernos por delante en una situación como la que está el Racing era interesante porque les ha pesado. En la segunda parte hemos estado más cómodos, defendiendo lejos de nuestra portería. Y según ha avanzado el tiempo nos hemos sentido más cómodos y eso ha hecho que el cansancio se notara menos», explicó.

El técnico confía en que la victoria, junto a sus beneficios clasificatorios, se deje notar también en la moral del equipo. «Nos tiene que hacer ser optimistas y confiar en las posibilidades de cada uno». Por ejemplo, de cara a la visita del Rayo, frente al que el Athletic va a necesitarlo todo, sea físico o psicológico. «Ya dijimos desde el primer momento que este equipo no va a entregar ninguna competición. No lo hizo en Vallecas, aunque perdiésemos por 2-0, pero el equipo salió a buscar un buen resultado. Y ahora lo vamos a intentar otra vez. Va a ser muy complicado porque el Rayo vendrá muy motivado, pero por el esfuerzo de los futbolistas no va a quedar».

También los jugadores rojiblancos piensan ya en ese partido, que les hace «una ilusión tremenda. Lo tenemos complicado, pero podemos remontar y después de esta semana, que nos ha venido fenomenal, a ver si podemos redondearlo», confió Andoni Iraola. El otro goleador de la tarde, Carlos Gurpegi, también destacaba la importancia de concentrarse cuanto antes en el encuentro porque «tenemos que intentar sacar la eliminatoria adelante», tras una victoria que consideró «muy importante, sobre todo porque después viene el Barcelona».

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Llorente vio el encuentro desde la grada

Fernando Llorente se perdió ayer su primer partido de Liga. El delantero rojiblanco lo había jugado todo esta temporada, a excepción del choque de vuelta de la Supercopa. Pero Joaquín Caparrós decidió dejarle fuera, no ya del equipo, sino de la convocatoria, tras las molestias que había sufrido en Madeira, y reservarle para el choque frente al Rayo.

Más de cuatro años sin celebrar un gol

Octubre de 2005. Ésa era la última vez que Carlos Gurpegi había anotado un gol. De ahí que ayer se mostrara exultante tras un partido «perfecto, porque he marcado y hemos ganado». El navarro, emocionado, dedicó el tanto «a todos los que pensaban que podía volver a ser el que era».

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