Los rojillos siguen sin ganar en Almería
Bastó un minuto para dar portazo a la buena racha
Por primera vez en la última década, la escuadra navarra repetía equipo titular en su cuarta jornada liguera consecutiva y el hito no pudo ser más desafortunado, pues al once de Camacho se le vio falto de oxígeno.
ALMERIA 2
OSASUNA 0
Natxo MATXIN | IRUÑEA
Se acabó la racha. Y de la forma más tonta posible, con un gol en propia puerta sin haber comenzado a sudar la camiseta. El sopapo fue tan fuerte, por inesperado, que Osasuna no supo digerirlo y lo arrastró durante el resto del choque. Ir a remolque fue una carga tan pesada que influyó, para mal, en las prestaciones de los rojillos, pese a que tenían todo un mundo por delan- te para la remontada.
Acompañado por la fortuna del 1-0 casi con el pitido inicial, el Almería, además, le supo jugar a la escuadra navarra. Avisado del juego directo de los de Camacho -ayer incluso abusaron en demasía de esta opción-, supieron contrarrestarlo con concentración, poderío aéreo y anticipación en el corte.
Está claro que la capital andaluza seguirá siendo plaza prohibida en Primera mientras las visitas sean tan amigables. Sin concreción en su juego, repleto de pelotazos sin sentido, con una llegada carente de punch y un punto de mira más que desviado, ni siquiera se pudo comprobar si Alves se había colocado correctamente los guantes.
Para el Almería era su partido y a fe que lo jugó como si le fuera la vida. Presión agobiante, llegando una décima de segundo antes al balón y manejo con criterio ante un indolente Osasuna, al que se le puede perdonar que el rival le gane en calidad, ¿pero en lucha? Inaceptable. Reconocer, ya finalizado el encuentro, que hubo falta de mentalidad y actitud no es sino un sinónimo de poca profesionalidad, multiplicada por el hecho de que los protagonistas no son precisamente mileuristas.
El desplazamiento en largo o las jugadas de estrategia fueron los raquíticos recursos que supo desplegar una escuadra que ha demostrado en fechas bien recientes que sabe jugar al fútbol. En esta ocasión, ni siquiera lo intentó y lo que pareció ser una virtud -el que se repitiera la misma alineación por cuarta vez consecutiva, un hito en esta última década- se convirtió en un vicio al que su técnico no supo ponerle freno a tiempo.
Sin oxígeno en ataque
Faltó oxígeno y eso se notó en las neuronas de los actores, sobre todo en los que recae la mayor responsabilidad ofensiva. Por predisposición, el único que se salvó de la quema fue Pandiani, siempre en apoyo de la medular, y en parte Camuñas, por unas primeras arrancadas, que se fueron diluyendo a medida que avanzó el choque. Juanfran naufragó por su banda y Aranda fue un despropósito todo él. Para ponerle la guinda al pastel, Camacho sacó a Masoud y el iraní perdió en veinte minutos tantos balones como el malagueño en ochenta.
El lance en el que Osasuna estuvo más cerca del empate fue, no por casualidad, en el único instante en el que el engranaje de vanguardia se activó. Y el otro asiático del equipo, Javad Nekounam, viniendo desde atrás, pudo haber obtenido una igualada a la que nadie hubiera hecho ascos, pero que sin duda no era merecida por lo visto sobre el terreno de juego.
Una vez más, y van... aquello del «Si nos confiamos, somos muy malos» volvió a materializarse en cruda realidad de un conjunto al que los días de mieles y rosas le sientan francamente mal. Al menos, y como de todo hay que extraer una conclusión positiva, la bofetada recibida y el descanso liguero vendrán bien para aclarar ideas. Ahora hace falta que mañana en Copa los menos habituales nos saquen de este letargo.
Pese a caer derrotados en el estadio de los Juegos del Mediterráneo, los rojillos se agarran a la décima plaza de la tabla clasificatoria. Además, la diferencia con respecto a los puestos de descenso se mantiene en cinco puntos, lo que fue sin duda la mejor noticia de la jornada.
Tras perder por 2-0 en Almería, Osasuna ya no es el conjunto equilibrado que firmaba tras la disputa de la nove- na jornada liguera. Ahora, los de Camacho ya superan en derrotas -cuatro- a los empates -tres- y a las victorias, que también son otras tres de momento.
Si en otras ocasiones los ha defendido a capa y espada, ayer no se mordió la lengua el técnico rojillo, José Antonio Camacho, para poner en la picota a sus pupilos. «Los jugadores no han tenido la mentalidad necesaria porque los dos primeros balones han sido nuestros y los hemos hecho mal. Eso creo que es falta de mentalidad», censuró.
«Creo que al equipo se le ha dorado demasiado la píldora durante toda la semana y soy de los que pienso que los equipos tienen que trabajar y luchar en el campo para mantener una posición buena; se tiene que salir con otra mentalidad», insistió.
«Está claro que nosotros somos otra clase de equipo, no estamos mentalizados para venir como hemos venido -ahondó en sus quejas-. Los equipos grandes tienen otra manera de ganar y, si no te enchufas desde el primer minuto, te puede pasar lo que nos ha ocurrido aquí», comentó el preparador de la escuadra navarra.
El preparador murciano, que en ningún momento dio muestras de autocrítica por no contrarrestar tal situación, reconoció que ya lo veía venir «por lo que se ve durante toda la semana», pero, a renglón seguido, admitió que «ante eso no puedes hacer nada». «Tú no puedes cambiar la mentalidad de los jugadores, son partidos que salen así y no puedes decir nada. Hoy, por primera vez, no he visto opción de poder ganar», admitió el de Cieza.
«Vuelvo a recordar que para el Almería era su partido y nosotros veníamos de jugar contra el Barcelona y parecía otra historia. Ya lo dije ayer -por el sábado- y se lo dije a ellos, que éste era nuestro partido, el punto de Barcelona no me interesaba tanto como los de hoy».
N.M.