Dice el Gobierno Vasco que con la iniciativa en la que va a invertir doscientos setenta y cinco mil euros para la contratación de espectáculos teatrales en los próximos meses, «no trata de hacer frente a los problemas estructurales del sector» sino que debe entenderse como «un programa paliativo, complementario a los programas vigentes actuales». Si se hace para arreglar los desajustes de contratación de este año 2009, como se dice, ¿cuánto dinero fuera de normativa piensan destinar el año próximo para mantener ese mismo nivel de empleo? Ahora resulta que desde Lakua sí se puede intervenir en las programaciones de los ayuntamientos, cosa que se negaba con la Ley de Territorios Históricos en la mano, y Sarea, precisamente, tenía el problema de que lo animaba el GV, pero lo pagaban las diputaciones. Con esta acción paliativa se demuestra que hay que replantearse de nuevo todo el anquilosado entramado de producción, distribución y exhibición. Es bueno, que aunque sea de manera paliativa, y con dinero por delante, se pongan las tres partes a negociar campañas de este estilo. Falta la parte esencial: el público, los públicos. Pero eso es otro asunto.

Lo que no es tan bueno es que esté todo tan atado y bien atado, que se hagan los paquetes de tal manera que colapsen el poco mercado existente con un detalle no paliativo: Pello Gutierrez, actual asesor del Departamento de Cultura, está en excedencia como gerente de Eskena. Para esto no hay recortes, sino cantidades de dinero que se deben recibir con alegría. Y mucho cuidado, porque sienta precedente.