El Colectivo de Presos Políticos Vascos (EPPK) ha salido al paso de la última medida adoptada por las autoridades españolas en relación a sus familiares y amigos: su registro y cacheo para que puedan llevar a cabo las visitas. Los prisioneros denuncian esa decisión comunicada «en forma de circular clandestina» y advierten al Gobierno español que «no dejaremos pasar este nuevo ataque».

En una nota remitida a GARA, afirman que no aceptarán «persecución alguna ni menoscabo de la dignidad» de sus allegados. «Responderemos a cada agresión en tanto no sean tratados con respeto», inciden, para agregar que «no aceptaremos visitas que supongan situaciones ofensivas y humillantes. Lucharemos por el derecho a un trato digno y respetuodo, tal como venimos haciendo en los últimos 30 años».

EPPK considera que la decisión de cachear a sus allegados supone «un paso más» en una larga serie de agresiones: «Actúan con violencia contra las movilizaciones en pro de los derechos de los presos, prohíben nuestras imágenes, controlan en la carretera a nuestros familiares y amigos, dejan caer la ilegalización de Etxerat y, ahora, con el objetivo de hacer desaparecer las visitas, registran de arriba a abajo a nuestros familiares y amigos. ¿Es que la falta de dignidad de estos dirigentes no tiene límite? ¿Se puede caer más bajo?».

También hace hincapié en lo que denomina «caza de las imágenes de los presos», una campaña que, a su entender, «sería una estupidez política si no acarreara tanto dolor, si detrás de esas imágenes no existiera esa realidad que quieren hacer desaparecer».

Para EPPK, estas actuaciones del Ejecutivo del PSOE dejan entrever «su falta de capacidad político-democrática para abordar el fondo de la cuestión de los presos. El grado de su bajeza moral está quedando en evidencia ante la sociedad vasca y también ante la comunidad internacional».