El Partido Socialdemócrata (SPD), la principal fuerza de la oposición alemana, prometió a sus militantes «una nueva salida» y optar por la vía dura ante la nueva coalición gubernamental de cristianodemócratas y liberales tras la conclusión de su congreso de tres días en Dresde.

«El SPD entiende que es un contrapoder y presionará mediante una fuerte movilización en el Parlamento y en el seno de toda la sociedad», afirmó Frank-Walter Steinmeier siete semanas después de la derrota electoral de esta formación.

Steinmeier, candidato frustrado a la Cancillería frente a Angela Merkel, dirigirá la oposición en el Parlamento, pero el partido, que se esfuerza en recuperar la confianza de sus bases y en restaurar su credibilidad frente a unos electores desorientados, ha optado por nombrar a otra persona, Sigmar Gabriel, como número uno.

Elegido el viernes con el 94,2% de los votos secretario general del SPD, Gabriel, un antiguo ministro de Medio Ambiente de 50 años, subrayó «la necesidad de la reconciliación» entre las diferentes tendencias en el seno del partido, que registró los peores resultados de su historia (un escaso 23%) en las elecciones legislativas del 27 de setiembre.

«Hemos tomado de nuevo la salida en materia de política socialdemócrata», afirmó ayer Gabriel ante 500 delegados del partido.

El Congreso fue una ocasión desaprovechada para que el SPD hiciera autocrítica de los once años que ha pasado en el Gobierno. La gran reforma del mercado laboral y del subsidio de desempleo Hartz-IV puesta en marcha entre 1998 y 2005 o el retraso de la jubilación hasta los 67 años se consideran como responsables de la debacle obtenido por el SPD en las urnas. Sin embargo, el ministro responsable de la reforma de la jubilación, Franz Müntefering, no recibió la menor crítica en Dresde.

La falta de autocrítica ha sido una constante en el cónclave socialdemócrata.

Ahora, reformas fiscales

El SPD se pronunció el sábado a favor de la reintroducción del impuesto al patrimonio, lo que choca frontalmente con la política de la canciller conservadora Angela Merkel, que acaba de prometer una masiva bajada de impuestos.

El impuesto al patrimonio desapareció en 1997 y la propuesta de volverlo a aplicar fue presentada por las juventudes socialdemócratas.

En los últimos cinco años, el más antiguo partido alemán, fundado hace 146 años, ha cambiado cinco veces de presidente.