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El enfrentamiento entre Pérez Rubalcaba y el PP adquiere tintes barriobajeros

Después de que el PP recordara al ministro del Interior el caso del GAL y éste le respondiera que de eso únicamente hablan «ustedes y ETA», ya sólo faltaba que Alfredo Pérez Rubalcaba y un diputado del PP llegaran a las manos por las escuchas de Sitel. A punto estuvieron.

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En ocasiones la crónica parlamentaria debiera tener dos rombos. Ayer ocurrió en el Congreso de los Diputados. No es que hubiera sexo explícito, pero sí dosis de violencia gratuita y algún que otro insulto a la inteligencia.

Tocaba pleno de control al Gobierno y la cosa venía caliente por las discusiones sobre el Alakrana. El PP volvió a sacar el asunto del supuesto chivatazo policial en el «Caso Faisán», pidiendo al ministro que «no haga un nuevo borrón en la lucha antiterrorista» y le recordó que «perteneció a un Gobierno que ha escrito las páginas más negras en la historia de la lucha contra el terrorismo».

Rubalcaba contraatacó pidiendo al PP que no vaya ahora de adalid de la Policía, cuando no ha dudado en desacreditarla en el caso Gürtel. A lo que añadió que «del GAL sólo hablan ustedes y ETA».

Después llegó el punto del sistema de escuchas Sitel y el parlamentario del PP Carlos Floriano acusó al ministro de estar utilizando un «sistema ilegal» y afirmó que éste va «más allá de las escuchas». En respuesta, el ministro censuró al PP por asegurar de este modo que «la mayor parte de las investigaciones realizadas en los últimos años no son legales».

A la salida, el ministro se encontró por los pasillos del Congreso con Carlos Floriano y el vicesecretario del PP, Esteban González Pons. Comenzaron a discutir y se retiraron a una esquina del Salón de los Pasos Perdidos, donde la temperatura de la conversación comenzó a subir, mientras periodistas y otros diputados trataban de interpretar los aspavientos de los interlocutores.

Esteban González Pons y Carlos Floriano convocaron luego a la prensa para denunciar que el ministro había amenazado a Floriano diciendo que «escucha todo lo que dice y ve todo lo que hace». Así que el diputado aseguró que alguien que «amenaza a la oposición», que «pierde los nervios de esa manera» está «haciendo el ridículo». A quien se comporta así, a quien «ha perdido el norte», le queda «medio minuto para seguir siendo ministro del Interior».

Rubalcaba reconoció que la conversación había sido tensa, pero negó amenazas. Aclaró que con su frase se refería a que ve y oye en los medios las acusaciones de espionaje del PP, que no está dispuesto a tolerar.

Y en medio apareció el presidente del Congreso, José Bono. Según el PP para llevarse del brazo a un amigo que estaba metiendo la pata. Según él mismo, porque había quedado para tomar un café con el ministro. La discusión le pareció normal y no percibió agresividad.

bronca

La discusión sobre el sistema de escuchas Sitel pasó del hemiciclo a los pasillos, acabando en bronca, con acusaciones de amenazas por parte del PP y de mentir sobre lo ocurrido de Rubalcaba.

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