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Los modernos nómadas frente a la familia sedentaria

«Un lugar donde quedarse»

Sam Mendes pasa a un registro más intimista dentro del formato de película independiente, en una película de carretera protagonizada por una pareja de intérpretes poco conocidos. Ellos representan, junto al hijo que esperan, la inestabilidad de la familia actual. Al no contar con un hogar, inician un viaje de búsqueda de ese lugar anunciado por el título, y que tal vez no esté en ninguna parte concreta porque lo llevan a cuestas con ellos mismos.

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Mikel INSAUSTI |

Sam Mendes plantea una serie de reflexiones muy interesantes sobre nuestro modo de vida en «Un lugar dónde quedarse», a la vez que vuelve a preguntarse sobre la inestable situación actual de la familia, institución acosada por la disfuncionalidad a la que ya dedicó su oscarizada ópera prima «American Beauty», de la misma manera que analizó los comienzos de la crisis matrimonial en la reciente «Revolutionary Road». Pero esta vez ha escogido un camino diferente, porque su quinto largometraje es el más independiente de todos, el que ha sido rodado con un menor presupuesto y con los protagonistas menos conocidos. Para ver nombres destacados en el reparto hay que irse a los secundarios, y las apariciones de Jeff Daniels o Maggie Gyllenhaal son episódicas, al formar parte del paisaje humano de una historia itinerante hecha como una película de carretera.

La joven pareja de «Un lugar dónde quedarse» va a tener un hijo, pero no se sienten preparados para formar un hogar y echar raíces, pues tampoco cuentan con respaldo u orientación familiar. Juntos inician un viaje iniciático a través de los Estados Unidos y Canadá, visitando a parientes y amigos para conocer sus experiencias vitales y aprender de ellas. Su búsqueda les lleva a la conclusión de que su sitio tal vez no esté en ninguna parte, debido a que la ubicación externa no es a fin de cuentas tan importante como el encontrar un equilibrio y un bienestar internos. Su aventura personal choca con la idea sedentaria que se tiene de la familia occidental, la cual conlleva a la larga una serie de frustraciones derivadas de la falta de libertad de movimiento. Sam Mendes nos advierte de que encontrar pareja y tener hijos no tiene porqué significar dejarse atrapar por el inmovilismo.

Sam Mendes tiene un sitio en el mundo del cine

Sam Mendes es un director inglés de ascendencia portuguesa, que ha formado su familia dentro del cine con la actriz Kate Winslet. Procede de la escena teatral, pero su debut en la gran pantalla con «American Beauty», por la que ganó el Óscar al Mejor Director, le permitió consolidarse como cineasta. Su posterior «Camino a la perdición» puso de manifiesto que siempre intenta hacer películas diferentes, aunque a veces no funcionen, lo que pasó con la bélica «Jarhead». Tal vez desengañado de la acción, en «Revolutionary Road», recuperó el buen tono con un drama intimista de matrimonio en crisis protagonizado brillantemente por su mujer y Leonardo DiCaprio. M. I.

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