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«Con la vivienda, nos habían lavado el cerebro para poder utilizar nuestro dinero»

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Ridardo VERGÉS ESCUÍN  I  Asesor de estádistica y economía

Nacido en Badalona, Ricardo Vergés es profesor honorario por la Universidad de Montreal y catedrático de Economía Inmobiliaria. Ayer estuvo en Donostia invitado por el colectivo Kepasakonlakasa y analizó las razones del problema de la vivienda en este contexto de crisis, y de dónde viene todo.

Janire ARRONDO |

Ricardo Vergés Escuín ha pasado por Euskal Herria. Ayer, junto al director Guillermo Cruz, que presentó el documental «Spanish Dream», ofreció dos charlas en la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación en Leioa y en el salón de actos de la ONCE en Donostia.

Después de que durante años la burbuja inmobiliaria haya ido creciendo, al final se ha derrumbado el sector de la construcción. ¿Qué cree que ha ocurrido exactamente?

Hace ya un siglo empezaron a analizar este mercado, pero los economistas se han dormido un poco. Bueno, diríamos que estaban dormidos desde hace cien años. Lo que ha ocurrido es que la economía se ha basado en la construcción y no tanto en la industria. La burbuja inmobiliaria ha crecido sin medida. Curiosamente cuando los precios aumentaban, la demanda también aumentaba.

Las ventas han caído y los precios han bajado. ¿Por qué no se venden viviendas?

Lo que pasa es que, durante años, los ciudadanos han dirigido sus ahorros al sector inmobiliario, en vez de invertir en la industria textil o en explotacio- nes agrícolas. Hemos confiado todo lo relativo a la inversión a unos grupos alrededor de grandes bancos. De pronto, todos estos grupos se pusieron de acuerdo para hacer viviendas y más viviendas, cuando en realidad no hacía falta... y nosotros tan contentos. Nos habían lavado el cerebro para poder utilizar nuestro dinero.

¿Cuáles han sido las razones por las que se ha invertido en el sector inmobiliario?

La gente creía que esto era un bien productivo. Vamos, que se iba a enriquecer. La gente intentaba comprar pisos y venderlos años más tarde al doble de su precio pero no lo conseguía. Mucha gente ahora mismo se encuentra en la situación de que tiene que pagar un dineral de hipoteca y, además, todavía no ha podido vender su antigua vivienda. Era muy difícil hacerle ver a la gente que el sector inmobiliario no traería beneficios.

¿Qué ocurrió con el dinero?

Utilizaron nuestro dinero para construir cientos de miles de viviendas y no se invirtió nada en tecnología. Empezó una especie de afición al ladrillo que al final gastó todo el dinero. Había promotores que tenían planes, que veían demanda y que querían construir. Entonces llegó el préstamo al promotor y ocurrió algo que es único en la historia: acudimos a la máquina de billetes de Frankfurt. Ahora la gente pide dinero a los bancos para comprar viviendas, pero éstos no lo tienen porque están en deuda con Frankfurt. Ahora mismo, se deben 365.000 millones de euros. Esto es el mayor escándalo informativo que yo me he encontrado en mi vida. ¿Cómo se puede esconder una cosa así?

Hay muchas viviendas vacías, pero no hay una oferta suficiente para los que quieren entrar en el mercado. ¿A qué se debe este desequilibrio?

Ocurre porque se ha roto el mercado. Para empezar cualquier cosa se necesita dinero y, para eso, hay que ahorrar. La inversión tiene que venir siempre del ahorro y no se puede gastar un dinero que no tenemos. El deterioro del mercado hace que haya distorsiones de este tipo. El consumo de suelo aumenta en todas partes.

Además, la gente tiene un montón de razones para tener las casas vacías. Si dejáramos esto en manos de un juez, se volvería loco. En Gasteiz, por ejemplo, el suelo de la ciudad perte- nece prácticamente a seis familias, que tienen un aguante económico infinito, por lo que les da igual vender o no. El resultado es que se trata de una de las ciudades más caras.

¿Cuáles son las claves para solucionar o mejorar la situación?

Lo más adecuado sería transmitir a nuestros hijos un patrimonio libre de deudas, y esto ya no va a ser posible. Necesitamos echar a los políticos, porque es una vergüenza. La mayoría de políticos que tenemos no han hecho nada, no hay ninguno que haya publicado su curriculum vitae diciendo qué han hecho. Esto va a ser muy difícil, y por tanto yo diría que no hay solución.

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