El presidente del BCE, Jean Claude Trichet, enfrió el ambiente de los mercados de renta variables al recordar que es demasiado pronto para dar por terminada la crisis. De ese modo, dejó entrever que los tipos de interés permanecerán en el 1% más tiempo de lo vaticinado por algunos analistas. Otros expertos han abogado por mantener las políticas de estímulo, aún a riesgo de inflar más de la cuenta la burbuja creciente de liquidez. Por tanto, el caballo de batalla de los próximos meses será dar con el momento más apropiado para la retirada de las ayudas. Al otro lado del Atlántico, el panorama no pintaba mejor, puesto que las cuentas presentadas por Dell causaron una gran decepción y lo pagaba con un descuento inicial del 8% en bolsa. No cumplía los pronósticos de beneficio por acción y cifras de ventas. Así las cosas, al Ibex le ha durado muy poco la satisfacción de haber batido los 12.000 puntos y, tras dos sesiones de recortes, acumula en la semana un descenso del 1,24%. Al cierre, el Ibex se paró en los 11.719,30 puntos, después de ceder un 1,07%. No se vio nada diferente en París (-0,82%), Francfort (-0,68%) y Londres (-0,31%). En el Ibex, todos los pesos pesados tiraron para abajo. Santander, BBVA y Telefónica cayeron más de un 1%. Los más penalizados fueron Gamesa (-2,80%) y OHL (-3,34%). En el lado de los ganadores, destacaron las subidas de Endesa (+1,64%) y Enagás (+1,43%). En París también hicieron daño las palabras de cautela de Trichet. Por eso, alguno de los más perjudicados en el CAC 40 fueron bancos: Société Générale bajó un 2,73%, y Dexia, un 2,62%. Los títulos de Danone (+1,57%) fueron los mejores.