El 98% de los 1.180 lotes que salieron a la subasta se vendió, es decir 1.156 lotes, mientras que 24 se quedaron sin comprador, según precisaron ayer en la casa de subastas Christie's, que la organizó en el Teatro Marigny, junto a los Campos Elíseos. La suma final duplica con creces la estimación máxima inicial que oscilaba entre 3 y 4 millones de euros. La cuarta y última jornada se centró en las pertenencias de la pareja en sus apartamentos parisienses y en el despacho del modisto, en la avenida Marceau, mientras que las tres anteriores liquidaron el contenido del castillo Gabriel, en Normandía (noroeste), vendido en 2008.

Dos aguafuertes de Pablo Picasso titulados «Sueños y Mentiras de Franco» (1937), estimados entre 10.000 y 15.000 euros, se vendieron ayer en 29.800 euros, gastos incluidos. Un precio muy moderado respecto a los alcanzados a lo largo de estos cuatro días, que vieron a menudo multiplicar por dos, por tres o por mucho más las estimaciones iniciales. En particular, hubo un lote que llamó sobremanera la atención, pues alcanzó los 240.000 euros, gastos incluidos, pese a haber sido estimado inicialmente entre 7.000 y 9.000 euros. Era el lote 1.034 y consistía en dos sillones de baile de época Imperio, creados en el primer cuatro del siglo XIX por encargo de la reina Hortense para el baile de los Incas organizado en los Jardines de las Tullerías en febrero de 1812.

También sorprendieron los 109.000 euros obtenidos por un paragüero que durante años recibió a Yves Saint Laurent a la entrada de su apartamento parisiense, que había sido estimado entre 300 y 500 euros. Otras piezas, sin embargo, quedaron por debajo de sus valoraciones iniciales, entre ellas un vaso chino tipo Fahua, de la dinastía Ming (siglo XVI) y una gran lámpara de araña holandesa del siglo XIX, dos de los lotes más importantes del conjunto, que terminaron el lunes en 30.000 euros cada uno, aunque se esperaba obtener con ellos más de 80.000 y 60.000 euros.

Esta era la segunda gran subasta promovida por el empresario, mecenas y cofundador de la firma de alta costura Yves Saint Laurent, que el pasado febrero se desprendió en el Grand Palais de un impresionante conjunto de obras de arte, con la que obtuvo 374 millones de euros. El martes el empresario subrayó que, para él, esta venta era simplemente eso, «una venta», de objetos de los que «una vez muerto Yves Saint Laurent», (en 2008) se desprendía con absoluta facilidad.