SELECCIÓN I Oficialidad
La misma reclamación, idéntica respuesta
La postura inamovible de la Federación contra la oficialidad complica considerablemente que la afición vasca pueda disfrutar con partidos de su selección. Las reuniones mantenidas no han dado frutos.
Amaia U. LASAGABASTER I
Salvo sorpresa mayúscula, la afición vasca tampoco disfrutará este año con un partido de su selección de fútbol. El cambio de dirigentes en la Federación no se ha traducido en nuevas posturas, con lo que la reclamación de los futbolistas de que, más allá de la celebración del típico sarao navideño, se trabaje en pro de la oficialidad de las selecciones, se ha encontrado con la misma respuesta. Negativa, evidentemente.
Todavía no hay comunicación oficial al respecto, e incluso desde la Federación se sigue asegurando que hay opciones de que pueda celebrarse un encuentro estas Navidades, pero todo hace indicar que en la rueda de prensa que convocará la próxima semana el propio organismo federativo se oficializará la falta de acuerdo que ayer avanzaba Euskal Telebista.
En realidad, y pese a que a través de algunos conductos se transmitió la idea de que las reuniones mantenidas entre las diferentes partes podían dar sus frutos, nada parecía indicar que las reivindicaciones de los deportistas euskaldunes fueran a ser escuchadas en esta ocasión. Al menos, este año no se ha utilizado la excusa de la denominación del equipo, después de que la temporada pasada el colectivo de futbolistas subrayara que se trataba de una cuestión secundaria frente a aspiraciones más importantes.
Sí ha existido, sin embargo, una táctica que no ha gustado a los jugadores. Según fuentes consultadas por este medio, se ha optado por una suerte de «divide y vencerás», con consultas por separado de la Federación a los futbolistas de cada equipo. Y con desconsideración incluída, teniendo en cuenta que los jugadores del Real Unión, por ejemplo, ni siquiera han sido citados.
La postura del colectivo de futbolistas, sin embargo, no se ha debilitado. Su reivindicación sigue yendo más allá de que un grupo de jugadores se reúna cada Navidad para disputar un bolo sin mayores consecuencias. Tal y como se recordaba en el comunicado que, hace prácticamente un año, firmaron casi 200 jugadores y ex futbolistas, la pancarta con la que saltó la selección al campo en el encuentro que disputó frente a Catalunya expresaba con claridad a lo que realmente aspiran: «Nazio bat, selekzio bat», el mismo lema con el que miles de personas se echaron a las calles de Bilbo en diciembre de 2007.
En este sentido, los jugadores -como los numerosos deportistas de otras especialidades que se sumaron a sus reclamaciones- recordaron que su voluntad es la de «representar a una nación formada por siete territorios y 21.000 kilómetros cuadrados», algo que no tienen en cuenta las federaciones.
Desde el colectivo, de hecho, se denunciaba que, en lugar de dar pasos adelante -como supone la presencia de jugadores de los siete territorios o la denominación de «Euskal Herria» que se empleó en 2007-, desde los organismos oficiales se vaya retrocediendo en el camino a la oficialidad y se lamentaba que «además de no haber en estos momentos una federación nacional que reúna a todos los deportistas vascos, no hay voluntad, ni intención alguna por parte de las actuales federaciones de la Comunidad Autónoma Vasca de dar pasos en este sentido. Es más, quieren echar atrás cuantos pasos hacia adelante se den en esa dirección. Quizás los mismos que hoy en día quieren echar para atrás la denominación, puede que mañana quieran dar marcha atrás en la composición de una selección, que en estos momentos reúne a futbolistas de los siete territorios, y crear una selección de la Comunidad Autónoma Vasca como sucede en otros deportes».
Una situación que no ha mejorado en estos doce meses. Si es que no ha empeorado, teniendo en cuenta que los actuales gobernantes parecen más dispuestos a disfrutar con encuentros de la selección española -ahí están los acuerdos adoptados esta misma semana en el Parlamento de Gasteiz-, que con los de la vasca.