«La estabilidad resume estos cuatro años de gobierno»
Nacido en Cochabamba hace 45 años, su padre es de Potosí y su madre de Beni. Profesor de Sociología en la Universidad Mayor de Simón, en Cochabamba, trabajó en el Centro de Desarrollo Andino (CENDA), y ha sido asesor del Pacto de Unidad durante todo el proceso constituyente. Ha sido designado por Evo Morales como candidato a primer senador por Cochabamba por el Movimiento al Socialismo, para convertirse en nexo de unión con la clase media y urbana, así como sectores intelectuales.
¿Qué resumen hace de los cuatro años de gobierno de Evo Morales y el MAS?
Si lo tuviera que expresar en una palabra, sería estabilidad, expresada no sólo en el cambio respecto del dólar (no ha variado en meses) sino también en un crecimiento económico que ha sido incluso catalogado como positivo por los propios constructores de las recetas impuestas durante el periodo neoliberal, como el Banco Mundial. Se han visto obligados a reconocer que Bolivia tiene el mayor crecimiento de América Latina, pero con recetas propias, no las del Fondo Monetario Internacional. Se ha disminuido la deuda y se ha incrementado el caudal de las reservas internacionales. Pero además hay una bajada en los indicadores sociales en torno al analfabetismo, deserción escolar, ha caído la mortalidad materna infantil, y los niveles de pobreza también están empezando a disminuir, levemente porque tampoco hasta ahora las leyes existentes permiten dar un salto cualitativo.
La otra característica de estos cuatro años de gobierno ha sido la recuperación de los recursos naturales. Muchos hubieran deseado que fuera una recuperación mucho más fuerte, más decidida. Sin embargo, las condiciones políticas, el hecho de estar encadenado a las leyes anteriores, pusieron los límites. Queda claro a pesar de todo, que la recuperación es irreversible, no sólo en hidrocarburos, sino también en minería o en recursos hídricos.
¿Y cuál es la lectura para los próximos cinco años, en los que será senador, tanto en el desarrollo del plan de gobierno del MAS, como en el de la Asamblea Plurinacional?
El reto de los próximos cinco años es dotar de una estructura a todos los órganos del Estado. La propia Asamblea Plurinacional va a cambiar en su representación, no solamente porque ahora son 36 senadores en vez de 27, sino porque sube la representación de las mujeres, y también se incorporan 7 representantes directos de los Pueblos Indígenas, aunque todavía es un número muy pequeño. Lo mismo ocurre con la estructura del Órgano Judicial, y para ello la nueva Constitución marca que en un plazo no mayor de 180 días después de las elecciones debe haber una ley del Órgano Judicial y una ley del Tribunal Constitucional.
Lo mismo acontece con la división territorial, y la ley fundamental para la organización del nuevo mapa territorial del país es la Ley Marco de Autonomías y Descentralización. El reto es conjugar estas leyes orgánicas, con algunas otras que permitan la implementación de una economía plural, que permitan una adecuada política de titulación de tierras fiscales, una adecuada formulación de políticas sobre medio ambiente y recursos naturales, que permitan dar el salto industrial en el caso de los recursos naturales no renovables, y que posibiliten encarar de una nueva manera la soberanía y la seguridad alimentaria. La Ley Marco de Autonomías tiene que hacer frente también a varios retos. Primero, definir el objeto de la ley y sus alcances y, después, ver qué va a ocurrir con la conformación de los gobiernos autonómicos, con la elaboración de los estatutos y cartas orgánicas, con las competencias establecidas en la Constitución y con la distribución de los recursos así como con la coordinación entre los diversos niveles autonómicos, entre ellos con el nivel central del Estado.
La problemática de las autonomías, totalmente distinta a las experiencias históricas en América Latina y en el mundo, se está traduciendo en una nueva forma de construcción del pluralismo en términos de un nuevo mapa territorial de Bolivia. Por ejemplo Charagua, municipio indígena de Santa Cruz, si logra su autonomía indígena, tendrá un territorio más grande que los departamentos de Pando o Tarija, siendo ésta una vía para la reconstitución territorial que reclaman los Pueblos Indígenas.
El reto en estos próximos cinco años es la construcción de una nueva democracia. Avanzar de una visión de democracia participativa en términos procedimentales, que en el fondo es democracia representativa restringida, hacia una democracia representativa ampliada, y la aplicación de mecanismos de democracia participativa y de democracia directa, además de democracia comunitaria. A propósito de este último elemento, lo que aparece en la Constitución como democracia comunitaria es lo que en filosofía y ciencia política se llama democracia directa, y que vale tanto para lo indígena y para lo no indígena.