Maite SOROA | msoroa@gara.net
Uno que inventa problemas
Hace unos cuantos años a los que empezaban el largo recorrido desde el abertzalismo marxista- leninista al españoleo cañí les dio por hablar de la «posmodernidad» y frivolizar sobre las señas de identidad vasca para justificar su penosa deriva. Eduardo Teo Uriarte brillaba en estas tareas junto a Juaristi, Onaindia y compañía. Y sigue en las mismas.
Ayer en «El País» aprovechaba la polémica abierta en relación al «Alakrana» para sentenciar: «vivimos en una sociedad nacionalista y si no hay problemas hay que inventárselos. Unos inventaban a los judíos como problema, otros al comunismo, el separatismo y la masonería, para justificarse a sí mismos». Otros, habrá que decir, inventan a todo lo vasco como problema para justificarse a sí mismos.
También la astracanada de traer a la selección española a San Mamés o sacar la Vuelta de España para meterla en Euskal Herria le sirve de argumento: «Ha levantado todo tipo de reacciones por parte de los que creen que esto es un insulto y quieren, por el contrario, tener sólo una selección nacional vasca. Pero los nacionalismos, más hábiles en ir a la contra que en construir algo, ni siquiera en nuestro caso es capaz de ponerse de acuerdo en el nombre de su selección, entre Euskadi y Euskal Herria, y ni habrá partido ni selección». ¡Ya me contará lo que ha construido el nacionalismo español!
Y hasta la `E' que Ares ha quitado de los uniformes policiales le da pie para otra melonada: «Creo que la grafía gótica de la que forma parte la E no es ni más ni menos que expresión del gusto de los nacionalismos del pasado siglo por una forma propia de presentar los escritos, siendo los nazis promotores de la gótica (...) y a mí no me hace gracia que una policía democrática lleve una letra gótica». A mí no me hace gracia que lleve porra y la use contra familiares de presos. A Uriarte seguro que sí.
Para terminar, Munilla como argumento: «Como la cuestión es no vivir tranquilamente, hasta la llegada de un nuevo obispo se nos presenta por el nacionalismo como una de las plagas de Egipto, trágicamente, como si fuera el final de este pueblo de siete mil años». A mí lo del obispo, ni fu ni fa, pero Uriarte puede preguntar en las parroquias de Gipuzkoa y sabrá quien ha creado el problema.