Berbintzana, Artaxoa y Gares han sido los primeros pueblos de la Mancomunidad de Izarbeibar (Valdizarbe) en los que se ha puesto en marcha la poda picada municipal como complemento al compostaje doméstico. El proceso es bastante sencillo, y consiste en utilizar una máquina que se encarga de picar y triturar las hojas y ramas de los árboles hasta convertirlas en una especie de serrín utilizable para mejorar el compost.

«Las personas que compostan se llevan el material de la poda a su casa para contrarrestar el exceso de humedad y aportar carbono. Así nos evitamos desplazarla, enterrarla o quemarla», explica Óscar Rubio, técnico de la Mancomunidad de Izarbeibar encargado de dinamizar las prácticas de reciclaje en esta comarca navarra que agrupa a unos 11.800 vecinos.

«Quítate la ropa»

Esta Mancomunidad también ha impulsado un nuevo servicio de recogida de ropa y calzado en contenedores colocados expresamente para ello en todos los pueblos de la zona.

Con el lema «Quítate la ropa-Kendu arropa», se aspira a reutilizar y reciclar parte de las 100 toneladas de este residuo que se generan cada año en los pueblos mancomunados. A partir del próximo mes de diciembre, los vecinos de Izarbeibar tendrán la posibilidad de depositar la ropa que ya no vayan a utilizar en estos contenedores, de los que habrá uno en cada pueblo. Traperos de Emaús se encargará de retirar la ropa y transportarla a su planta para clasificarla y tratarla. La fracción que se destina al reciclaje tiene como destino la fabricación de trapo industrial, borra de relleno de tapicería, hilado de alfombras o elaboración de trapos de cocina, y la ropa reutilizable se deriva a tiendas de segunda mano o para otras utilidades.

«La ropa debe ir cerrada en bolsas, y el sistema de contenedor posibilita el depósito de una forma cómoda y sencilla», indica Óscar Rubio, quien justifica la puesta en marcha de este nuevo servicio en el deseo de «darle una nueva vida a la gran cantidad de residuo textil que acaba en los contenedores».

Según sus estimaciones, cada persona genera entre 8 y 9 kilos de residuo textil en la Mancomunidad de Izarbeibar, lo que supone más de 100 toneladas anuales. Esta cantidad equivale a evitar la emisión de 50 toneladas de CO2 a la atmósfera.