El Gobierno filipino anunció ayer el arresto de un importante político como principal sospechoso de la matanza que dejó el lunes al menos 57 muertos en el sur del país, cuando se dirigían a formalizar la candidatura de Ismail Mangudadatu a gobernador de Maguindanao.

Andal Ampatuan Jr., alcalde de Datu Unsay y candidato a gobernador de Maguindanao, e hijo del mayor cacique de esa región sureña de la isla de Mindanao, se rindió después de que unos veinte miembros de su clan fueran detenidos en relación a la matanza por una disputa de poder con otra influyente familia.

Ampatuan se entregó al consejero presidencial para Mindanao, Jesús Dureza, después de que la Policía Nacional filipina le señalara como uno de los sospechosos de la matanza y fue llevado en helicóptero desde Datu Unray al aeropuerto cercano de la ciudad de General Santos, donde fue entregado a la ministra de Justicia, Agnes Devanadera, y desde donde iba a ser trasladado a Manila.

El ministro de Interior, Ronaldo Puno, había indicado por la mañana que todo el clan de los Ampatuan será investigado para averiguar su papel en la masacre. Según Puno, además de Ampatuan, hay otros cuatro sospechosos, entre ellos el director provincial de la Policía, Abusana Maguid, y el inspector jefe de la Policía de Shariff Aguak, Sukarno Dikay, implicados por los testimonios de supuestos supervivientes. Indicó que se ha desarmado a 347 milicianos para evitar nuevos incidentes.

El jefe de la Policía Nacional, Jesús Verzosa, anunció que pedirá al Gobierno permiso para relevar a toda la fuerza policial en Maguindanao, mientras el Ejército sigue buscando a la mayoría de los autores de la masacre.

A seis meses de las elecciones, la matanza ha levantado fuertes críticas contra la presidenta, Gloria Arroyo Macapagal, sobre quien dicen que tolera que el país continúe siendo estrangulado por los clanes políticos.