Maite SOROA | msoroa@gara.net
Fuerte marcaje a Patxi López
Patxi López se ufana de haber puesto la Comunidad Autónoma Vasca patas arriba y poco le falta para proclamar, como Alfonso Guerra en su día, que a esa parte de Euskal Herria no la va a conocer «ni la madre que la parió» cuando termine la faena. Sin embargo, desde la derecha más acusada le marcan de cerca.
Ayer, Maria Luisa García Franco, en «La Gaceta», el diario del Grupo Intereconomía, o sea, la fachendosidad misma, reconocía que «hay gestos que evidencian la realidad del cambio político en el País Vasco, como el hecho de que el próximo domingo Patxi López vaya a ser el primer lehendakari que asista a los actos con motivo del aniversario de la Constitución española». Pero siempre hay un pero: «pero esos gestos casi siempre van precedidos o acompañados por otros que los matizan, como si los socialistas vascos quisieran evitar una imagen de ruptura total con el pasado. Patxi López estará en el Congreso en el aniversario de la Constitución, pero no quiso ir a Madrid a celebrar el Día de la Hispanidad». O sea, un poco flojo el tío.
Más reconocimientos: «El cambio resulta evidente para la política exterior del Gobierno vasco, eliminándose algunos proyectos del anterior lehendakari, como la apertura de una `embajada' de Euskadi en París. Sin embargo (...) López da un paso hacia uno de los viejos sueños del PNV: la creación de una `eurorregión' que englobe las comunidades vasca y navarra y el País Vasco francés». Ya empieza a flojear Patxi.
Lo de la eurorregión parece alarmante: «El hecho de que Miguel Sanz haya declinado la invitación a formar parte de esa `eurorregión' no frena la puesta en marcha de ese ente (...) Patxi López ha puesto el sello a la labor de los sucesivos gobiernos del PNV para impulsar esa entidad supraterritorial, que se ocupará del impulso al euskera y del desarrollo de infraestructuras, pero que fue proyectada por los nacionalistas vascos como un paso hacia la unidad territorial que no sólo es objetivo político de partidos democráticos, sino que ha sido siempre una de las exigencias que ETA ha pretendido imponer por la fuerza de las armas». Ya mentó a la bicha.