Raimundo Fitero
Bipolares
Cuántas veces le darán carrete a la famosa constitución española y a sus supuestos padres? «59 segundos» se dedicó a ello, y de nuevo aparecen viejos políticos dando coba al asunto preparando esos actos anuales en los que a mi entender solamente se demuestra que tienen más miedo que vergüenza. No creo que en ningún lugar del mundo donde exista una constitución realmente asumida por la totalidad de los afectados necesite de tantas conmemoraciones. Y si existen actos recordatorios, no se retransmiten en directo, ni se utilizan como publicidad permanente de una concepción que se quiere imponer. De momento están con la misma cantinela de siempre. Son unos pesados.
Mientras en la primera estatal se hablaba una vez más, del asunto de marras, en La 2 se ofrecía una ópera en directo. La bipolaridad programática. La situación económica que se provocará en unas semanas con la televisión pública estatal sin publicidad, nos puede dejar sin la oferta menos nociva actualmente a nuestro alcance. En La 2 todavía hay reductos para el sosiego, la calma, los formatos menos comerciales, la experimentación, los asuntos tratados con delicadeza y profundidad. Uno sueña con una televisión pública de esta entidad, pero eso es lo que temen, La 2 es hoy en Sofres, algo marginal, en lenguaje tecnocrático, porque resulta que necesitan de audiencias suficientes para que sus mensajes cuajen y el adoctrinamiento partidista tenga sentido y eficacia.
Es la bipolaridad en la que viven en los equipos directivos del ente. Se crean leyes y reglamentos, algunos con peligro con ser tumbados por los comisarios europeos por no ajustarse a sus premisas sobre financiación de las televisiones, quieren ser una cosa y la contraria, en el mismo día quieren ser líderes de audiencia, y a la vez hablar de calidad, y claro, uno siente el mal de altura, la falta de oxígeno para comprender tanto cacao.
La verdad es que tiene que ser algo benéfico ver unas cadenas sin publicidad. Es una experiencia que en un primer instante sorprende y despista. Pero a la larga no se echa a faltar casi nada. Todo depende, obviamente, de la programación que ofrezcan. Menudo lío.