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Nafarroaren eguna

Una sola festividad con dos formas radicalmente opuestas de celebrarla

Coincidieron en la fecha, pero poco en común tuvieron ayer las dos celebraciones del Nafarroaren Eguna. Una giró en torno al palacio, el castellano, la bandera española y la medalla de oro a UAGN. La otra lo hizo en la calle, en euskara, con ikurriña y el homenaje popular a EHNE.

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Iñaki VIGOR | IRUÑEA

Pocos días hay en el año que reflejen mejor la realidad navarra que el 3 de diciembre, festividad de Francisco de Xabier. Los actos encargados por el Gobierno de UPN y los organizados por Orreaga Fundazioa revelaron el antagonismo entre la Nafarroa oficial y la popular, entre la que está supeditada a Madrid y la que se resiste a ser asimilada.

El Gobierno de UPN en pleno se llevó al arzobispo español Francisco Pérez hasta el Castillo de Xabier para celebrar una misa en honor del copatrono de Nafarroa. La Fundación Orreaga llevó a Iruñea a dos bertsolaris bajonavarros, Laka y el hijo de Xalbador, quienes recordaron en sus cantos el carácter euskaldun de Xabier y toda su familia.

Con fondos públicos, el Ejecutivo de Sanz pagó a numerosos coros y grupos folklóricos de casas regionales para actuar por diversas localidades, casi todo ello en castellano. Con sus propios fondos, ya que le niegan las subvenciones, Orreaga tuvo la colaboración desinteresada de varios coros para cantar junto al Monumento a los Fueros en Iruñea, todo ello en euskara.

Tras la celebración religiosa en Xabier con el arzobispo que ha bendecido la apropiación de cientos de monumentos del patrimonio público navarro, Miguel Sanz y sus consejeros regresaron en sus flamantes coches oficiales para celebrar en el patio isabelino de la sede del Departamento de Cultura y Turismo el acto más significado: la entrega de la Medalla de Oro de Nafarroa a UAGN y UCAN.

Tras una animada kalejira por las calles del Casco Antiguo de Iruñea, con la participación de casi un millar de personas que acompañaron a ihoaldunak, grupos de dantzas, fanfarres y trikitilaris, Orreaga celebró un sencillo acto en el Paseo de Sarasate y cedió la lectura del pregón a Mikel Alzuart, miembro de EHNE, sindicato para quien no hay medallas oficiales por no coincidir ideológicamente con UPN y/o PSN.

El propio Alzuart, con su acento baztandarra, resumió esta dualidad diciendo que «en Nafarroa la crisis más fundamental es histórica e identitaria, y la padecemos y venimos arrastrando desde hace mucho tiempo».

Pero también habló de la «crisis democrática, porque se nos niega el derecho a decidir»; de la «crisis del modelo socioeconómico, que hunde al sector primario y desvertebra el tejido industrial», y de la «crisis cultural, con la cultura vasca y el euskara amenazados constantemente».

Esa dicotomía entre las «dos Navarras» también se reflejó en la simbología. Ambas hicieron ondear en sus actos la bandera con el escudo de las cadenas, pero el Gobierno de UPN la acompañó de la española, mientras que Orreaga la fundió con la ikurriña y el Arrano Beltza.

La explicación a esta realidad tan contrapuesta llegó de Patxi Abasolo y María Luisa Mangado, miembros de la iniciativa 1512-2012 Nafarroa bizirik!. Ambos tomaron parte en el acto de Orreaga para presentar el libro «500 años de conquista. La memoria que no pudieron destruir». «Este pequeño gran libro desmonta las mentiras que nos han querido hacer tragar. En estos cinco siglos -remarcaron- hemos aprendido que dominación y mentira van de la mano».

El acto de Orreaga finalizó con los irrintzis de Karmele Galartza y la interpretación a cargo de Enrike Zelaia del «Gu gaurko euskaldunak», frase del Monumento a los Fueros que recoge el sentir de la Nafarroa no oficial.

 
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