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El Congreso hondureño ratifica la legitimación del golpe de Estado

El Congreso de Honduras consumó ayer el despropósito del régimen golpista al rechazar la restitución del presidente legítimo Manuel Zelaya, por una amplia mayoría. De esta manera, el mandatario constitucional, que calificó de «vergüenza» la decisión de los diputados, se queda en una situación muy complicada que apenas le deja opciones para regresar al cargo que le arrebataron el pasado 28 de junio.

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Ruben PASCUAL |

El Parlamento hondureño reiteró en la noche del miércoles [madrugada de ayer en Euskal Herria] su apoyo al golpe de Estado rechazando la restitución del presidente legítimo Manuel Zelaya, cinco meses después de la asonada político-militar que lo sacó del país a punta de bayoneta y tras una espera de más de un mes para que el acuerdo de Tegucigalpa-San José terminara por ser una trampa.

«Esa sesión del Congreso es una vergüenza para Honduras, porque la mayoría de los diputados golpistas ratificaron el golpe contra el presidente constitucional», indicó el mandatario constitucional hondureño, Manuel Zelaya, poco después de que 111 de los 128 diputados de la Cámara se mostraran contrarios a su restitución, 14 a favor y 3 se ausentaran.

«El pueblo hondureño debe saber que la mayoría de los diputados que han ratificado su delito son cómplices, son confesos, que están de acuerdo con la sangre que se derrama de mártires», explicó.

La sesión, que se prolongó durante más de ocho horas, se realizó mientras la Policía impedía el paso hasta la sede del Legislativo, y con cientos de seguidores del legítimo presidente en las inmediaciones. Se retiraron sin incidentes antes de que concluyera la votación para protestar porque los legisladores estaban prolongando la sesión de forma innecesaria, en un pleno que calificaron de «espectáculo», según informó TeleSur.

Además, la resistencia confirmó su decisión de no reconocer los resultados de la votación en el Congreso por considerar que la sesión formaba parte del mismo «espectáculo».

Según Zelaya, los diputados «están de acuerdo con que se cancelen medios de comunicación, con que se reprima al pueblo; estos delitos también caen hoy sobre su conciencia».

«Hoy el pueblo conoció uno por uno a los diputados y diputadas que traicionaron el Congreso Nacional, que traicionaron la democracia el 28 de junio (...), a los que falsificaron mi firma, a los que violaron la Constitución y me expulsaron a Costa Rica», precisó.

Porfirio Lobo

«Yo respaldo lo que el Congreso decidió esta noche», dijo a un canal local Porfirio Lobo, del opositor Partido Nacional y ganador de las elecciones del domingo, que no reconoce gran parte de la comunidad internacional al considerar que se realizaron en un marco de ruptura constitucional.

Antes de la sesión, la vicecanciller de Zelaya, Beatriz Valle, había adelantado que creía «descabellado» pensar que «los mismos que dieron el golpe contra el presidente vayan a decir que cometieron un error».

Lo cierto es que, tras la votación, Manuel Zelaya se ha quedado ante un incierto escenario de difícil solución. «La decisión del Congreso sella el destino de Zelaya, que en mi opinión tiene ahora tres opciones: quedarse en la Embajada, salir de ella y ser detenido para ser juzgado por los delitos de los que se le acusa o negociar un salvoconducto para el exilio», explicó ayer el analista Manuel Torres, director de la agencia Análisis y Audiovisuales de Prensa.

A pesar de que Lobo anunciara un diálogo nacional al que está dispuesto a invitar a Zelaya, consciente de que sigue siendo el presidente reconocido por la comunidad internacional, Torres no confía en que esa opción permita al mandatario legítimo desempeñar un papel en el país.

Torres explicó que la decisión del Legislativo «es ponerle más difícil la labor» al Gobierno de Lobo, ya que gran parte de la comunidad internacional no reconoce ni los comicios.

En todo caso, la figura de Zelaya -explica Torres- tiende a crecer en los momentos de controversia y podría convertirse en «símbolo de la indefensión jurídica» para mucha gente que va a seguir reconociéndole el liderazgo en el panorama nacional.

EEUU dice ahora estar «decepcionado» por la decisión del Congreso

La decisión del Parlamento hondureño de no restituir a Zelaya en el cargo no levantó mucho polvo en el seno de la comunidad internacional y apenas hubo reacciones al respecto.

Estados Unidos, que en primera instancia declinó hacer valoraciones, expresó ayer su «decepción» por el resultado de la votación de los diputados.

«Sigue habiendo un importante trabajo para restablecer el orden democrático y constitucional en Honduras y promover la reconciliación nacional tras el golpe de Estado, ya que el estatus quo sigue siendo inaceptable», consideró Arturo Valenzuela, secretario de Estado adjunto de Estados Unidos para América Latina.

En esa línea se manifestó la Organización de Estados Americanos (OEA), que manifestó que «aún quedan obstáculos importantes para la reconciliación nacional».

La directora del Departamento de Asuntos Internacionales de la OEA, Irene Klinger, no valoró directamente la no restitución del presidente legítimo de Honduras.

Ayer, el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos afirmó que la UE tiene una base de consenso sobre la postura que va a adoptar ante las elecciones y si reconocerá o no al vencedor de las elecciones, Porfirio Lobo.

Moratinos no explicó con detalle los términos de dicho consenso, aunque sí destacó que en él se deja constancia de que las del domingo «no fueron unas elecciones normales». GARA

ACUERDO roto

El acuerdo alcanzado para solucionar la crisis política fue roto por Micheletti al crear unilateralmente un Gobierno de unidad y retrasar la votación del Congreso hasta después de las elecciones.

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