Lagun Aro GBC se hizo con la victoria en un derbi jugado a un ritmo trepidante, sobre todo mientras los depósitos de carburante estaban a rebosar. Fue como si ambos equipos quisieran recuperar el tiempo perdido, puesto que el choque se tenía que haber jugado el pasado 8 de noviembre, siendo aplazado después de que el virus de la gripe A entrara en el vestuario bilbaino.

Cada equipo tuvo apartados en los que dominó y apartados en los que fue dominado. Aspectos en los que lo hizo bien y otros en los que lo hizo mal. Metido todo en la coctelera salió un partido, y por ende un resultado, que rompe la tendencia con la que ambos llegaban.

Los donostiarras logran su quinto triunfo de la campaña tras dos dolorosas derrotas, una en Barcelona por lo abultado del marcador, y otra en casa por ser ante el Valladolid. Los bilbainos ven cortado el despegue iniciado tras apalizar al Joventut y al Spartak de San Petersburgo.

La percepción general fue que los locales merecieron la victoria, y además con menos sufrimiento del que pasaron. El factor que permitió a Bilbao Basket llegar a los minutos finales con opciones fue el triple. Los locales firmaron un pobre 6 de 23. Con los mismos intentos, los visitantes metieron 11, lo que suponen 15 puntos de diferencia.

Cinco más Miralles

Pero es muy complicado arañar una victoria, en cualquier cancha, con las muñecas de Mumbrú y Paco Vázquez como casi únicos argumentos. Bilbao Basket continúa sin saborear una victoria liguera lejos de su cancha. El baloncesto es un deporte de equipo y Lagun Aro siempre tuvo alguien que tirara del carro, los cinco titulares dieron la talla y Miralles acompañó mucho y bien cuando salió, llegando a jugar 23 minutos. Los de Laso fueron superiores en el tramo comprendido entre el aro y la línea de 6,25.

Costó casi dos minutos ver la primera canasta, pero a partir de ahí se entró en un intercambio donde el balance defensivo brillaba por su ausencia. Al término del primer cuarto, los donostiarras dominaban (28-24) merced a su excelente porcentaje en tiros de dos (10 de 11) y su claro dominio en el rebote. Bilbao Basket se mantenía en la pomada a base de triples.

Una dinámica que no variaría, lo que era blanquiazul por dentro era negro por fuera. En el medio tiempo, cinco de ventaja para los locales (45-40), con Ignerski y Panko como estiletes ofensivos -acabarían firmando 17 y 22 puntos, respectivamente- y Sergio Sánchez como ¡máximo reboteador! con cuatro.

Remontada con Mumbrú

El paso por vestuarios sirvió a ambas escuadras para tomar aire y volver a pisar el acelerador. Un triple y un 2+1 de Mumbrú puso por delante a los bilbainos (47-48), que comenzaron a cerrar mejor los rechaces.

Los de Vidorreta comenzaban a tener problemas de faltas con la tercera de Banic y Rodríguez, mientras que Doblas aguantaba poco sobre la cancha por el mismo motivo, aunque Miralles suplió con creces su hueco en ese tramo. El ex de Pamesa se hizo con los mandos para recuperar distancias hasta el final del tercer cuarto (63-58).

Llegaban los momentos calientes, cuando el balón quema. Laso tiró de quinteto titular y sus hombres de confianza no le fallaron, dándole al equipo diversas opciones en ataque. Mientras, en el otro bando sólo Vázquez y Mumbrú se atrevían a jugársela. Parecía que iba incluso a funcionar, equilibrando el partido a 69. Pero finalmente se impuso la lógica, cinco pueden más que dos.