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Thierry Malandain recupera con Tchaïkovski la magia de su infancia para un estreno especial

«Magifique» es un juego de palabras con el «magnifique» que el coreógrafo Thierry Malandain no conseguía pronunciar de pequeño y la palabra «magia». Su estreno absoluto, este fin de semana en Donostia.

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A.EREÑAGA | DONOSTIA

Autor, creador y coreógrafo, además de «alma mater» del Malandain Ballet Biarritz, Thierry Malandain es uno de los grandes nombres de la danza europea. Calificado como «neoclásico» -término que parece no le molesta, porque lo suyo es regenerar y dar nueva savia a lo clásico-, en su último trabajo juega con la música de Tchaïkovsy para asociar tres clásicos del ballet: «Cascanueces», «La Bella Durmiente del Bosque» y «El lago de los cisnes». Y lo hace a través de sus recuerdos personales de infancia y un juego de espejos a modo, casi, de Alicia en el País de las Maravillas.

«Magifique. Tchaikovski suites» se estrenará este fin de semana en el Teatro Victoria Eugenia de Donostia (sábado y domingo, a las 20.00 h.) y una semana más tarde llegará a la Gare du Midi de Biarritz (martes 22 y miércoles 23, a las 20.30 h.). Esta especie de doble estreno tiene una importante razón de ser, ya que supone la plasmación del trabajo en común en el mundo de la danza entre ambas ciudades: Biarritz posee el único ballet estable de Euskal Herria, el Malandain Ballet Biarritz, cuyo Ballet de Biarritz Junior tiene fijada su sede en la capital guipuzcoana. Una iniciativa que arrancó en 2007 y cuenta con el respaldo de fondos europeos -concluye en el 2010 entrante, aunque parece que tendrá continuidad en el futuro- con el objetivo, según explicó el edil donostiarra de Cultura, Denis Itxaso, de fomentar la cooperación entre regiones para crear un centro coreográfico transfronterizo (ambos ayuntamientos utilizan siempre esta terminología).

El estreno de «Magifique» se presentó ayer en una rueda de prensa celebrada en Donostia, a la que asistieron también el director de Asuntos Culturales de Biarritz, Alain Forgeoux, y el propio Malandain. Creado con motivo del centenario de la desaparición del mítico coreógrafo Marius Petipa y por encargo de la Ópera-Teatro de Saint-Etienne, donde Malandain desarrolló su labor de coreógrafo antes de instalarse hace nada menos que diez años en Biarritz, en «Magifique» el creador ha optado por llevarse por la espontaneidad. Basándose en lo musical en las tres suites de Tchaïkovski, el montaje se divide en distintos números musicales «sin conexión entre sí», casi concebidos a modo de sketch, durante los que son utilizados varios espejos que reflejan la imagen de los dieciséis bailarines hasta dar la impresión de que son 32 las personas que danzan en el escenario. Parece como si Malandain hubiera optado por jugar con todo, porque, como explicaba ayer, dos bailarines actúan de nexo de unión de su propuesta: uno, el más alto y mayor en edad, frente a otro pequeño, más joven, «porque el pequeño representa la parte de la infancia de los adultos».

«Master class» y talleres para los más jóvenes

Con ocasión de este estreno, durante el sábado y el domingo en la sala de danza del Victoria Eugenia se llevarán a cabo una master class y talleres coreográficos para jóvenes aprendices de bailarín, organizadas con apoyo de la Asociación de Profesionales de Danza de Guipúzcoa. Estas lecciones, que constan de una clase de ballet clásico y un acercamiento al universo coreográfico de Malandain, están dirigidas a alumnos de danza de 12 a 14 años que se encuentren en el nivel medio de sus estudios, así como a jóvenes de más de 15 años que cursen el nivel superior.A.E.

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