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Los desalojados de Reina de la Paz solicitan su retorno «cuanto antes»

Familiares y personas mayores que estuvieron ingresadas en la residencia Reina de la Paz, perteneciente a la Obra Social de BBK, hasta su desalojo hace un año no quieren que las promesas de los rectores de la Caja se diluyan. Por ello, tratan de que las Juntas Generales -ya lo hizo el Consistorio bilbaino- planteen la necesidad de que vuelva a funcionar «lo antes posible».

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Agustín GOIKOETXEA |

En octubre fue el Pleno del Consistorio de Bilbo el que, por unanimidad, aprobó una moción en la que se instaba a BBK a agilizar sus planes para la residencia Reina de la Paz, en el barrio de Ibarrekolanda. Ahora, la asociación de familiares de residentes Ohianka ha logrado que la mayoría de los grupos junteros de la Cámara vizcaina respalden una proposición no de norma con idéntica reivindicación.

Inmersos en el debate presupuestario, la discusión de la iniciativa podría dilatarse en el tiempo aunque existe suficiente voluntad política para que el asunto se trate en las Juntas, precisamente cuando está a punto de cumplirse un año del cierre del equipamiento.

La declaración reclama a la entidad que preside Mario Fernández que presente públicamente el nuevo proyecto «que justificó el cierre rápido e inmediato» del centro. Además, se demanda que la nueva residencia disponga de plazas para válidos, «en las mismas condiciones que la anterior».

También se recuerda a BBK los compromisos adquiridos con los anteriores usuarios de realojo, a pesar de lo cual se insta a los responsables de la Diputación -con peso específico en la Asamblea de la entidad- a que presionen a la Caja para que atienda las peticiones de las personas mayores. Tampoco se olvida de pedir que la institución foral medie con la entidad de ahorro para responder a las necesidades residenciales que pueda tener cada uno de los usuarios del centro clausurado ahora hace un año.

El último movimiento de BBK respecto a Reina de la Paz tuvo lugar hace algunas semanas, a mediados del mes de noviembre, cuando presentó en el Ayuntamiento de Bilbo su solicitud para derribar el actual edificio; la semana pasada una grúa de grandes dimensiones desmontó una antena de telefonía ubicada en su tejado. La previsión es que, en el plazo de un mes, contará con el permiso en regla; fuentes de la Caja aventuran que los trabajos de derribo comenzarán en enero de 2010.

Desde Ohianka se saluda que la Caja haya dado el primer paso, «el que debía haber hecho hace un año», aunque recuerda que falta «lo más importante: el proyecto de ejecución de la nueva edificación y los plazos de ejecución».

La asociación de familiares incide en que existe un compromiso de que «los residentes retornarán a finales de 2011 y cada día es más inverosimil». Se apunta que todas las informaciones que ha ido transmitiendo BBK a la opinión pública «no se han cumplido» y que no se creen que «vaya a ver un pequeño retraso» en la ejecución de un proyecto que no acaba de definirse en público.

Anuncio «desacertado»

Fuentes de Bilbao Bizkaia Kutxa reconocieron que, a la vista de sus actuales previsiones, el nuevo centro no será una realidad para 2011, tal y como se anunció en pleno conflicto con Ohianka. «Igual cometimos un error, nos apresuramos, cuando dimos a conocer esa fecha», confesaron, tratando de quitar importancia a la demora y añadiendo que «el retorno está garantizado».

Su intención, aclararon, es comenzar el derribo para «mediados de enero», tarea que prevén se prolongará por espacio de seis meses. Será por tanto antes de julio de 201o cuando la Caja comunicará las características del proyecto y los plazos de ejecución del mismo. También reconocieron que el proyecto que se dio a conocer el 8 de noviembre de 2008 no se llevará a cabo pues su volumen edificatorio excede del permitido por el planeamiento municipal en ese área de Bilbo.

Para tratar de restar importancia al retraso, desde la entidad de ahorro se defiende que estos doce meses los han empleado en el «desalojo sostenible» del mobiliario y material médico entre colectivos que trabajan con desfavorecidos, de modo que camas articuladas, grúas y otros utensilios empleados en el cuidado de las personas mayores que residían en Reina de la Paz «no han ido a parar a un vertedero». «No tratamos de justificar el retraso por estas donaciones», apostillaron.

Además, BBK señala que los antiguos usuarios de la residencia se encuentran en otros centros «modernos y de calidad. En algunos casos, tuvieron que aguardar para ir a ellos por que no estaban concluidos». Personal de la Obra Social, informaron, efectúa un seguimiento personal de cada uno de los casos, al margen de que vigilan que las condiciones de los hogares provisionales sean los adecuadas para los ancianos.

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