Los líderes europeos pidieron ayer al Fondo Monetario Internacional (FMI) que estudie la posibilidad de establecer una tasa mundial sobre las transacciones financieras, inspirada en la «tasa Tobin», para amortiguar futuras crisis. La Unión Europea asume por primera vez colectivamente esta iniciativa, que había sido planteada por el primer ministro británico, Gordon Brown, y que choca con la oposición de Estados Unidos.

Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE reclamaron «renovar el contrato económico y social» entre los bancos y la sociedad para garantizar que ésta «se beneficie en tiempos de bonanza y esté protegida del riesgo». Para lograr este objetivo, el Consejo Europeo «anima» al FMI a considerar el establecimiento de «una tasa mundial sobre transacciones financieras», según se recoge en las conclusiones de la reunión. «Tiene sentido que el sector financiero, que creó tantos problemas para nuestras economías cuyas consecuencias y están sufriendo los contribuyentes, aporten una contribución a la economía en general. Y por eso hubo apoyo a esta idea», dijo Durao Barroso al ser preguntado por los motivos de promover esta tasa.