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J. IBARZABAL I Licenciado en Derecho y en Ciencias Económicas

El patrimonio, acervo, socieconómico de la izquierda abertzale

Centradas como están todas las miradas en otros aspectos del debate de la izquierda abertzale, a menudo la dimensión socioeconómica queda relegada a un segundo plano. El autor enfatiza la importancia de esa perspectiva, y para ello hace un repaso de las aportaciones históricas al respecto. Teniendo en cuenta ese acervo histórico, concluye que la izquierda abertzale está preparada «para la toma del poder institucional».

El epígrafe 4.3 del documento «Clarificando la fase política y la estrategia» -titulado «Estrategia independentista. Construcción nacional»-, actualmente en fase de debate en la base de la izquierda abertzale, afirma que la construcción exige que fijemos prioridades, destacando entre ellas la organización socioeconómica. El documento dice literalmente respecto al campo socioeconómico: «aparte de combatir la injusticia, debemos encender el debate sobre el modelo de estructura económica y social que necesita Euskal Herria».

El debate no comenzará de cero, ya que en 2001 Batasuna presentó un modelo socioeconómico como alternativa al neoliberalismo, cuyos principios básicos eran una Euskal Herria dueña de su destino, un modelo de desarrollo socialista e identitario (en función de las necesidades individuales y colectivas de la sociedad vasca), una democracia participativa... Su puesta a punto requerirá un marco soberano y estratégico, y medidas específicas, como el Espacio Socioeconómico Vasco, el Marco Vasco de Relaciones Laborales, el reparto de la riqueza y del trabajo, un sector público fuerte y eficaz, honrado y transparente, basado en una planificación vinculante para el sector público y orientativa para el sector privado, sí a la Europa de los pueblos, equidad a nivel internacional...

Así mismo, establece los objetivos en cada campo de actuación estratégica, haciendo hincapié en la política social y laboral, en el empleo y derecho al trabajo, en la protección social y en el derecho a una vida digna, en el acceso al uso de una vivienda, en la importancia de la política presupuestaria y del ingreso y gasto público, en la política financiera, en la necesidad de un sistema fiscal progresivo, en el carácter depredador de los conciertos económicos, en la política del sector primario, del industrial, del sector servicios, de la política comercial interior y exterior, de las telecomunicaciones... El modelo citado pone especial énfasis en la viabilidad del proyecto propuesto, teniendo en cuenta los recursos en infraestructuras naturales, los recursos humanos y financieros de Euskal Herria.

A lo largo de los últimos años, este trabajo central se ha completado con numerosas aportaciones sobre salario básico, pensiones, sistema fiscal, conciertos económicos, participación social activa, soberanía económica...

En fechas recientes, la izquierda abertzale ha visto enriquecido su patrimonio, su acervo teórico, con la publicación del libro «Nafarroa ezkerretik», donde se denuncia la política de derechas aplicada en este herrialde. Con este trabajo se pretende destacar el hecho de que hace falta una Nafarroa de izquierdas y de la necesidad de un modelo económico y social distinto al aplicado por la derecha.

En esta dinámica de aportaciones progresistas al modelo socioeconómico de la izquierda abertzale hay que destacar también las realizadas a título individual. Sirva como ejemplo la reciente intervención de Nekane Jurado en las jornadas organizadas en Donostia por Alfonso Sastre Kultur Elkartea (ASKE), en noviembre de 2009, para reflexionar sobre el socialismo en el siglo XXI. Destaca la conferenciante que la política neoliberal y las clases dominantes están haciendo de la precariedad un nuevo medio de opresión. Para cambiar este orden de cosas propugna Jurado la construcción del socialismo identitario vasco, basado en los siguientes principios: «una economía al servicio de la colectividad, un reparto justo de la riqueza y del trabajo que genera esa riqueza, la corresponsabilidad de hombres y mujeres en el reparto de tareas socialmente necesarias, la reducción del tiempo real trabajado a lo largo de la vida, la creación de una democracia participativa, la atención y mejora de la calidad de vida no medida exclusivamente en coordenadas económicas, sino sociales, culturales y personales, y la solidaridad entre distintos espacios económicos y con las generaciones futuras».

Como colofón a su intervención hizo hincapié en la viabilidad de este proyecto socialista cara al futuro, teniendo en cuenta la dimensión idónea de Euskal Herria, una población activa infrautilizada, recursos financieros, capital humano adecuado y una recaudación impositiva mejorable. En resumen, una aportación individual de gran interés porque actualiza, remoza, las bases del modelo socioeconómico presentado por la izquierda abertzale hace aproximadamente una década.

Por su importancia intrínseca y su relación con el entramado socioeconómico, conviene hacer referencia también al epígrafe 5.2 del documento a debate, «Herramientas de trabajo del proceso democrático», y al 5.2.1, «Reestructuración de la izquierda abertzale», donde se hace referencia a la lucha de masas, a la lucha institucional y a la movilización popular. Entre los movimientos sociales actuales en Euskal Herria podemos citar el movimiento pro amnistía y de apoyo al colectivo de presas y presos, así como el movimiento contra la tortura, a quienes trabajan por los derechos sociales, al movimiento ecologista, quienes tratan el tema de las drogodependencias, sin olvidar al internacionalismo, el feminismo o luchas más concretas como la que pide la paralización del Tren de Alta Velocidad.

Hay dos razones para prestar especial atención a las relaciones entre la izquierda abertzale y los movimientos sociales. En primer lugar, la lucha para la toma del poder a partir de ahora va a ser «desde dentro», es decir, lucha institucional. Lo que no quiere decir que no se contemple la lucha «desde fuera», en la que los movimientos sociales tienen tanta importancia. Centrar exclusivamente la lucha institucional desde dentro supondría el riesgo de asimilación de Batasuna por el sistema. Para evitar esto, los movimientos sociales convenientemente articulados con la izquierda abertzale institucional, definiendo claramente los canales de participación, supondría un estímulo y un recordatorio del carácter realmente popular de la lucha. En segundo lugar, una articulación adecuada produciría un enriquecimiento notable en la izquierda abertzale en el área de la democracia participativa, en el campo ecológico, en los derechos humanos, en los derechos sociales, en el feminismo, en la solidaridad internacional...

Un ejemplo ilustrativo de la necesidad de establecer relaciones fluidas y amistosas con los movimientos sociales es la plataforma de reciente creación Herria abian!, que propone debatir cuatro ejes para el cambio social, que son el trabajo productivo y reproductivo, reparto de la riqueza, democratización de la economía y desarrollo democrático del ecosistema. En suma, esta nueva plataforma trata de crear una alternativa al modelo socioeconómico actual, bajo los parámetros de una democracia participativa, asamblearia, reivindicando la necesidad de la soberanía económica.

En resumen, tenemos que contemplar como un tesoro vivo y actual las numerosas aportaciones realizadas por la izquierda abertzale en su periplo socioeconómico. Este patrimonio, acervo, nos permite mirar al futuro con optimismo, y muestra que estamos preparados para la toma del poder institucional.

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