La Comisión Europea anuncia para 2013 una nueva política de pesca que, entre otras consecuencias, supondrá la reducción a la mitad de la actual flota pesquera, respondiendo así a lo que considera un «agotamiento» de los caladeros. Llueve sobre mojado. En los últimos veinte años, la flota vasca ha sufrido una reestructuración tras otra, cada cual más severa y traumática, que ha terminado con el 70% de las embarcaciones y que ha reducido de 10.000 a tan sólo 2.000 el número de arrantzales en activo. No resulta descabellado ni tampoco alarmista asegurar que el sector de la pesca en Euskal Herria está al borde de la desaparición. Éste es el punto de partida de unas jornadas que, organizadas por la Fundación Ipar Hegoa, se celebrarán desde el día 15 en Ondarroa bajo el lema «Gure arrantza defenda dezagun!», y en las que se pretende que los diferentes agentes realicen aportaciones para buscar una solución conjunta y potente a las inminentes amenazas.

Entre esas aportaciones estarán las del sindicato LAB, que ve en la historia reciente la clara enseñanza de que solamente un enfoque soberanista puede aportar soluciones reales a esta situación crítica. Y para ello ya tiene propuestas concretas: crear una Cofradía Nacional y gestionar las políticas de pesca desde una entidad pública en Euskal Herria.